HISTORIAS: Era el momento, por José Luis Ramos Torres
La sección de deportes de Ideal de 6 de julio de 1995 destaca en titulares: «El Granada cederá al Ayuntamiento el viejo Los Cármenes a cambio de la deuda del club». En el texto de la noticia se comenta el acuerdo logrado el día anterior por la directiva de Candi -que lleva poco más de un mes en el cargo- con la corporación que preside Díaz Berbel, por el cual el Ayuntamiento adquirirá la propiedad de los terrenos del campo de fútbol a cambio de la deuda que legalmente pueda demostrar el club. El mismo acuerdo alcanza también al uso exclusivo del nuevo estadio por el club rojiblanco, así como al necesario aval –por sesenta millones y a cuenta de lo que en su día recibirá el club- con el que liquidar lo que se adeuda a futbolistas y técnicos de la campaña recién terminada, cantidad que adelantaría Candi de su bolsillo, pues su pago urgía ya que si no la consecuencia era el descenso de categoría. Es una gran noticia. El club puede verse pronto libre de la gran rémora que significa la losa cifrada en algo más de mil quinientos millones, según la última auditoría. Cunde el optimismo, y con razón. Es el momento de poner los cimientos de cara a un futuro que puede devolver al Granada CF a ser lo que fue si las cosas se hacen mínimamente bien.
En lo deportivo, a finales de julio echa a andar la nueva temporada 95-96 con la presentación oficial de la plantilla. El acto tuvo lugar en el viejo Los Cármenes. Al lamentable estado de conservación que fue norma en sus últimos años de vida se une ahora la casi falta total de césped. Pero como todavía sigue siendo propiedad del club y no se dispone de otro sitio mejor pues el nuevo campo no puede todavía ser utilizado, en sus abandonadas instalaciones se lleva a cabo este acto, e incluso días más tarde se decide por la directiva de Candi suspender la estancia de pretemporada prevista en el Hotel Santa Cruz, de Sierra Nevada, y llevarla a cabo en el viejo campo, a pesar de que no dispone de electricidad ni de agua. Servir como escenario de la pretemporada granadinista 95-96 fue la última utilidad estrictamente deportiva prestada al club por el viejo Los Cármenes.
En la presentación podemos ver las nuevas incorporaciones de cara a la temporada que pronto echará a andar, entre las que destaca el míster, Rafael Alcaide, Crispi, en su segunda etapa como técnico rojiblanco, después de aquella muy olvidable temporada 88-89 en la que sólo dirigió al equipo en cinco jornadas (sin anotarse un solo triunfo) tras tomar el testigo de Pachín y cederlo posteriormente a Lalo. Junto a él son novedades los porteros Ignacio y Fernández, más los defensas Quique Beltrán, Domingo y Mateos. Mención aparte merecen las incorporaciones de Toño, veterano medio defensivo, central o lateral, que procede del Tenerife, equipo en el que casi siempre fue titular en primera; y Juanma, delantero procedente del Logroñés, con el que acaba de descender a segunda, pero formado en la cantera del Gijón.
A lo largo de las dos semanas siguientes vendrán otros, que la cosa de fichar y desfichar siempre fue la mayor pasión de Cándido Gómez, porque los fichajes de esta temporada son cosa exclusivamente del presidente. A destacar los de los veteranos: Urbieta, centrocampista vasco salido de la cantera de la Real Sociedad y que tras su paso por el Figueras viene del R. Unión de Irún; Fenoll, delantero valenciano que había jugado muchos años en primera con el Valencia y que procedía del Castellón, de segunda B; y Julio Soler, carrilero derecho que había jugado bastante en primera en el Betis y el Albacete y venía del Badajoz. Además, es de destacar el gran acierto de propiciar la vuelta al equipo del canario Oti, que se había marchado a mitad de la campaña anterior.
La plantilla se completaba con los pocos que seguían, como Roberto Valverde, Almeida, Molina, Manolín Redondo, Santi, Guti, Víctor Platero, Nando, más algunos canteranos.
A mediados de agosto se presenta una nueva edición del Trofeo Granada, que este año llega a la XXIII, y volverá a consistir (y así ya hasta hoy) en un único partido. Pero el rival es muy cualificado, el llamado “Eurobetis”. La obligada conversión en SAD de casi todos los clubes españoles ha abierto la puerta del Betis a Manuel Ruiz Lopera, dueño y señor de los destinos verdiblancos desde hace poco más de dos años. De su mano y tras tres temporadas en segunda consiguió el club sevillano en la 93-94 el retorno a primera. Y en la recién terminada, con Lorenzo Serra Ferrer en el banquillo, acaba de completar una de las mejores campañas de su historia al quedar tercer clasificado y ganarse el derecho a jugar competición continental.
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