HISTORIAS: Tres en uno, por José Luis Ramos Torres
En marzo de 1994, con financiación de la Junta de Andalucía, comienzan las obras del nuevo estadio, el cual va a tener su ubicación en el barrio del Zaidín. El nuevo campo de fútbol, parte de las infraestructuras que dejará la celebración en nuestra Sierra Nevada del mundial de esquí 1995, se empieza a levantar justamente sobre unos terrenos con solera balompédica, los que ocupaban, por un lado, el campo que primero era conocido como Sánchez Lázaro y posteriormente se llamó Sánchez Herrera, y por otro, el campo de la Federación conocido como José Carmona, en homenaje al que fuera jugador del Recreativo de los años treinta y después cargo federativo. Los dos campos desaparecidos fueron escenario durante muchos años de partidos de fútbol modesto. El nuevo estadio, que será de titularidad municipal, está llamado a sustituir al que desde sesenta años atrás, desde 1934, viene siendo el marco habitual del futbolerismo granadino, y heredará su bonito nombre.
Pero la mejor noticia para el granadinismo es que la calificación urbanística de los terrenos que ocupa el estadio de Los Cármenes ha cambiado y han pasado a considerarse como suelo edificable. Quiere esto decir que todos los males rojiblancos pueden quedar resueltos en breve y que la asfixiante deuda podrá por fin olvidarse cuando dichos terrenos se vendan, porque con el cambio de calificación su valor ha subido considerablemente. Lo que ocurre es que la deuda del club, su cifra exacta, se desconoce, como siempre ha sido norma en la entidad rojiblanca. A estas alturas (julio de 1994), la directiva de José Aragón ha hecho público en numerosas ocasiones que se ha conseguido rebajar el débito total en un cuarenta y cinco por ciento, y se manejan cifras por debajo de los mil millones. Ya veremos posteriormente lo lejos que estaban de la realidad.
A finales de julio la nueva plantilla se presenta a la afición en ceremonia oficial en Los Cármenes. El objetivo de cara a la temporada que se iniciará en menos de un mes no es otro que el ascenso, una vez más. Pese a las dos buenas temporadas anteriores, no sigue en el banquillo Nando Yosu y en su lugar José Aragón ha contratado al que fuera ariete rojiblanco de su época dorada, el canario José Antonio Barrios. De su mano vienen numerosos futbolistas de las Islas Afortunadas: el lateral derecho Isidro, del Orotava y antes del Tenerife, más una pareja procedente del Realejos que en la temporada pasada tan buena impresión (y tan duro correctivo) nos dejara en Los Cármenes, se trata de Víctor Platero, defensa central, y Oti, medio centro organizador, el mejor fichaje de la temporada. Aparte también se incorpora otro canario, el delantero centro Nando, del Jerez. Además, un fichaje, que casi se puede catalogar de “bomba” como es el del centrocampista veterano (34) Antonio Orejuela, que tras jugar en el Mallorca y en el Atlético de Madrid ha militado el último año en el Rayo Vallecano, de primera. Otros fichajes de menos fuste son los del defensa Almeida y el lateral Palacios. A cambio se le ha dado la baja a hombres que fueron titulares toda la campaña terminada, como Carlos, Onofre, José Luis y José Manuel, no demasiado entendibles las de estos dos últimos.
A mediados de agosto se presenta una nueva edición del Trofeo Granada, la XXII. Este año se vuelve a cambiar de formato y se vuelve a un triangular, pero no al estilo de los triangulares que tantos años fueron la norma, con tres partidos en tres días, sino que en esta ocasión y al dictado de las modas, por primera y hasta el momento última vez, consistirá en un tres en uno, es decir, tres partidos de cuarenta y cinco minutos cada uno a disputar en una sola sesión enfrentándose todos contra todos, puntuándose tres puntos la victoria, dos el empate y uno la derrota. Los rivales de los rojiblancos serán el Rayo Vallecano, recién descendido a segunda, y el filial Valencia B, que milita en el grupo III de 2ª B. Desde luego, el trofeo cada vez ofrece menos alicientes y está más devaluado.
El Rayo Vallecano de Ruiz Mateos acaba de descender de primera división después de perder la promoción frente al Compostela en una eliminatoria que necesitó de un tercer partido de desempate, sin que el concurso de Hugo Sánchez, en su última temporada en activo haya podido evitar la caída. Su paso por la segunda será fugaz pues en la temporada que está por comenzar, tras un arranque dubitativo que le costará el cargo al míster David Vidal y su sustitución por Paquito, volverá a la máxima categoría como segundo clasificado, consiguiendo el ascenso varias jornadas antes de finalizar el campeonato. Si la leyenda negra del Trofeo Granada es cierta o no (ya saben, aquello de que el equipo que lo juega desciende en esa misma temporada) habría que preguntárselo al Rayo Vallecano, porque el equipo madrileño era la segunda vez que participaba en el trofeo (ya lo había hecho en 1988), y en la anterior ocasión lo mismo que en ésta lo que le trajo la temporada por jugarse fue un ascenso a primera. Con una plantilla bastante renovada, su fichaje estrella era el del delantero danés Soren Andersen. Aparte también contaba con jugadores como Wilfred, Calderón, Jose, Onésimo, De Quintana, Guilherme y dos futuros granadinistas, Simón y Josip Visnjic.