Once inicial

Todavía sin definir si somos carne o pescao

Jaime Lucena  |  30 de octubre de 2025
Jaime Lucena (GRJ)
Jaime Lucena (GRJ)

Han pasado ya 10 jornadas, y todavía desconocemos hacía donde van los nuestros, si suben o bajan, si van o vienen, si en definitiva son carne o pescao. Las primeras cinco jornadas fueron un auténtico desastre, un desastre sobrevenido por una muy mala política de los dirigentes, incapaces de poder inscribir a todos los jugadores por motivos económicos, parcela esta que como tantas otras han sido gestionadas de manera muy deficiente por los actuales gestores.

En esas primeras cinco jornadas los resultados fueron cuatro derrotas, tres de ellas como locales y solamente un empate, con un juego impropio de un aspirante al ascenso, resultados explicados por la falta de jugadores, por la inexperiencia de muchos y quizás, solo quizás, por la falta de calidad de la plantilla en general.

En aquellos momentos, con todo negativo, la única razón para seguir con esperanzas era Pacheta, técnico de una gran experiencia, y con conocimientos suficientes para revertir la situación, reconociendo que también él parecía perdido o confundido en ocasiones, ya que poner a Alex Sola como carrilero zurdo no parece ni mucho menos la mejor solución, reconociendo las pocas que había.

 

Por suerte pata todos, el equipo en este segundo ciclo de cinco partidos ha dado otra cara, con tres empates y dos victorias, siendo además dos de esos empates, frente a Las Palmas y Cádiz, claramente injustos, teniendo que haber sido victorias. Ya hay un plan de juego, ya hay un equipo definido (sobresalen las dos últimas incorporaciones, Rubén Alcaraz y Alex Sola, lo que vuelve a dejar en muy mala posición a los que planificaron en verano la plantilla) y solamente falta que los jugadores de banquillo aprieten y dificulten así la decisión del técnico.

Ya han pasado 10 jornadas y no sabemos hacia donde vamos, si claramente hacia arriba o a pelar por mantener la categoría. Es cierto que los últimos partidos nos hacen pensar que debemos ir para arriba, pero no es menos cierto que el equipo tiene varios interrogantes importantes por resolver. No hay gol, y no es culpa de Jorge Pascual que da lo máximo siempre, pero se le exige lo que nunca ha sido, que sea un goleador, como tampoco lo es Bouldini. El equipo parece asentarse sobre Rubén Alcaraz, un perfil de jugador a todas luces necesario, y que vino tras el cierre de mercado, otra muestra de la mala planificación veraniega, como la falta de un goleador definido antes comentada. Ante la apatía injustificada e injustificable de Hongla, el día que Rubén se resfríe el equipo cogerá una pulmonía, y, en definitiva, tampoco los reservas, encabezados por Trigueros, Sáenz, Rodelas o Arnaiz están tirando la puerta abajo reclamando la titularidad.

Por lo tanto, no queda otra que seguir confiando en el equipo, confiar ante todo en el técnico, y desear que las buenas sensaciones se plasmen en los próximos partidos, empezando por la próxima visita a Valladolid.   

Con respecto al baloncesto, un poco de lo mismo, no sabemos si como siempre vamos a luchar hasta el último minuto por la permanencia, o cómo se nos quiso hacer creer en verano, este equipo podía luchar por un “poquito más”, al menos, salvarnos con algo de anticipación.

Las primeras cuatro jornadas parece que nos dice que, será pelear como temporadas pasadas únicamente por la permanencia, hasta el último segundo. Lo que se ha puesto de manifiesto en estas primeras jornadas es que el equipo necesita conocerse a si mismos y a la ACB, que el técnico es también nuevo y necesita aterrizar, y que debido al verano convulso que se pasó, la plantilla tiene más defectos de los que se nos hizo ver. Vayamos por partes.

Ya dije en mi último artículo que el puesto de base me parecía lo más flojo, y es que entiendo que tal posición requiere de tres jugadores o bien de dos acompañados de un escolta que pueda ejercer de base, el denominado “combo”. Lo que no esperaba es que Micah Speight haya dado un rendimiento tan bajo en estas jornadas dejando solo a Rouselle. Con la maravillosa llegada de Lluis Costa, parece que se le está buscando equipo, lo cual considero un error, ya que creo que, con paciencia y tiempo, con Lluis ahora lo tiene, puede ser un base sólido para la ACB.

En el puesto de escolta la llegada de Matt Thomas, que no es un “combo”, generó expectación, pero es evidente que necesita tiros liberados, y en concreto, la creación del juego es uno de los debes actuales del equipo, de ahí su rendimiento irregular. Si Klajic es una sombra del jugador que vimos en pretemporada y Edu Durán apenas cuenta para el técnico, tampoco aquí tenemos buenas noticias.

En cuanto a los aleros ante la poca presencia de Munnings, caso parecido al de Speight con un rendimiento muy bajo, y la nula de Pere Tomás, la posición queda a expensas única y exclusivamente en las manos de Valtonen, jugador tremendamente implicado pero que no siempre va a meter 20 puntos.

Y por dentro al excelente nivel de Bozic, y a los cumplidores Burjanadze y Olumuyiwa, se le suma un decepcionante, Zach Hankins. El equipo necesita mucho más que un punto y dos rebotes como en Lleida de su center titular. Aurrecoechea como Durán o Pere Tomás con muy poco protagonismo.

Por lo tanto, al equipo, colista en solitario, se le ven las costuras de una plantilla nueva con jugadores que generaban dudas que se han manifestado, e inexperta en la categoría, y le han surgido nuevas, como un ataque espeso y una defensa floja o en ocasiones inexistente, ambas lejos de las previsiones iniciales.

Solo llevamos cuatro jornadas, pero el calendario que ya hemos pasado y el que se avecina parece hecho por nuestro mayor enemigo, con rivales muy difíciles en casa y más asequibles fuera y el problema no son las cuatro derrotas, es que o empiezan a ganar o la carga puede ser insoportable. Toca reaccionar ya.

 
 
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