Once Inicial
Fran, Guille y Pablo
El título del artículo parece el de una canción española de los 80, pero hace referencia a los entrenadores de nuestro equipo de fútbol pasado y actual, así como al de nuestro equipo de baloncesto.
Vaya por delante que pensaba escribir este mismo artículo la semana pasada, pero no pudo ser por motivos personales, pero, con ello quiero aclarar que las victorias de este fin de semana tanto en fútbol como en baloncesto no ha cambiado aquello que quería decir.
En cuanto a Guille Abascal, estoy convencido que tiene los conocimientos necesarios para dirigir a un equipo profesional de la Liga Española, pero que no ha tenido suerte, no llegó en un buen momento y cierto es que tampoco ha sabido obtener los resultados esperados. Llegó en un mal momento debido a la crispación existente entre la afición y la directiva y a que cogió a un grupo de jugadores en depresión, con la flecha claramente hacia abajo.
El cabreo de la masa social con el club no fue culpa suya, sí que lo fue el que no supo sacar de la depresión a sus jugadores, y no supo dotar al juego del equipo de una identidad propia. Estos fueron sus principales debes, además de no entender la presión que había sobre el equipo, y no entender tampoco la historia reciente del mismo. Es cierto, como ya he dicho en alguna otra ocasión que no cayo bien entre la afición su nombramiento y que no se le perdono prácticamente nada, al igual que ocurrió con Robert Moreno en su día, pero frases como la de que “un equipo ha de comer mierda para luego poder saborear jamón” es bastante desafortunada, ya que deja claro que no entiende lo que ha sufrido esta afición con su equipo, donde el jamón se ha podido disfrutar en escasísimas ocasiones.
Y para finalizar, tampoco está acertado un director deportivo que en momentos muy delicados donde se necesitaban perfiles muy concretos de entrenadores, se decantase por el Cacique Medina y por Guille Abascal, errores que desgraciadamente eran previsibles.
Y llegó Fran, un técnico calmado y con experiencia, que no pretende inventar nada, pero que sabe ver las virtudes y defectos de una plantilla. Tres partidos siete puntos y dos porterías a cero. Lo malo es que a pesar de los resultados el equipo no ha jugado bien salvo en determinados momentos, pero lo bueno es que por ello el técnico sabe que el equipo tiene un enorme margen de mejora tanto a nivel grupal como individual, y evidentemente con buenos resultados se trabaja mucho mejor.
El equipo ahora es más reconocible, con más precauciones defensivas e intentando hacer las cuatro cosas básicas que te pide esta categoría tan complicada. Falta mucho, falta sujetar mejor el balón, jugarlo mejor y no perderlo tan rápido, y falta que jugadores a los que se le supone un cierto nivel lo recuperen y mejoren con ello el nivel del grupo. Vamos por buen camino, con un técnico que ofrece plena confianza, con cierta paz en el entorno del club, y por fin, con una grada de animación tan necesaria en un campo de fútbol.
Y acabamos con Pablo, Don Pablo Pin, el técnico milagro de nuestro equipo de baloncesto. Yo soy de aquellos a los que la confección de la plantilla en verano le dejo frío, dejando claro que entiendo las limitaciones presupuestarias ya creo que estamos claramente entre los dos o tres presupuestos más bajos de la categoría, y que me gustaron todos los fichajes realizados, especialmente los nacionales.
Mis dudas surgieron con el último fichaje, el de Amine Noua, no por qué consideré que es un mal jugador, todo lo contrario, seguro que nos va a dar muchas alegrías, pero yo para ese último fichaje esperaba un center reboteador e intimidante, que jugara por encima del aro, entendiendo las limitaciones económicas existentes. Entendía que con Willey y con Vicedo el puesto de 4 estaba cubierto, no así el de 5, que me parecía escaso con Iván y Rubén. Pero, el técnico pensó que Willey podía ir al 5 y que necesitábamos a un 4 tirador que abriese más el campo, tipo Amine. Me surgieron dudas, y sigo teniendo dudas, mi opinión es que con este planteamiento necesitamos que Rubén dé no solamente un paso adelante, sino al menos tres con respecto a sus últimas temporadas en la ACB.
Dicho esto, yo soy simplemente un aficionado al que le apasiona el basket, y quien toma las decisiones son otros. Perder frente al Barcelona y Unicaja entra dentro de lo normal, pero el como se perdió incrementó mis dudas, con un juego interior débil y con unos exteriores aún en rodaje, pero, cuando escuche a Pablo tras ambas derrotas hablar de tranquilidad y de que él confiaba plenamente en la plantilla, me tranquilice, ya que, si alguien se ha ganado el que confiemos en él, es precisamente Pablo junto con todas aquellas personas que han obrado el milagro del baloncesto en Granada. Luego vino la gran victoria en Gerona, pero lo vi tranquilo ya que él, Pablo Pin nos había pedido tranquilidad. Vamos a sufrir para mantener la categoría, no hay dudas, pero mientras vea al técnico confiado, yo lo estaré, Pablo no engaña a nadie, y menos a su Granada.