Once Inicial

Bofetón cuando mejor estábamos

Jaime Lucena  |  3 de diciembre de 2024
Jaime Lucena (GRJ)
Jaime Lucena (GRJ)

En el descanso del partido frente al Almería, estaba convencido de estar presenciando la mejor secuencia de partidos de los nuestros es mucho tiempo, y es que el triunfo en Gijón con un juego muy convincente, el empate frente al Cádiz, donde solo falto el gol, y el triunfo momentáneo en Almería tras una muy buena primera mitad así lo atestiguaba.

Estaba convencido que en la segunda parte el Almería iba a apretar, porque jugaba en casa, iba perdiendo y porque tiene una excelente plantilla, quizás la mejor de la categoría. Lo que no podía imaginarme es que los nuestros iban a poner tanto de su parte para ser atosigados y agobiados por el rival, que iban a conceder tanto y que regalarían el balón al contrario. Como estoy convencido de que no fueron ordenes del técnico, no me queda otra que asumir que los jugadores no tuvieron su día o que pensaron demasiado pronto en asegurar el botín. Sea como fuese se perdió el partido, ya que la remontada del Almería fue justa, incluso quedándose corto el marcador para sus merecimientos.

La alineación me pareció correcta, más allá de preferencias por unos u otros, y los cambios a lo largo del partido fueron los adecuados en mi opinión. Reinier estaba desaparecido como acostumbra en amplias fases de los partidos y Jozwiak tras una buena primera mitad, había bajado su rendimiento hasta casi ser invisible. Por ello, las entradas de Sergio Rúiz y Pablo Sáenz parecieron lógicas. Después entraron Rubén y Trigueros por un Villar que había perdido el control del esférico y del partido y por un Tsitaishvili que está atravesando un momento de juego muy plano. El último cambio de Weissman ya fue a la desesperada. Por ello creo que el técnico no se equivoco ni en la alineación ni en los cambios, y fueron los jugadores, como no podía ser de otra manera, los culpables de tan mala segunda mitad, como habían sido igualmente los culpables de una muy buena primera parte, tanto los que ya estaban como los que entraron de refresco.

 

En definitiva, derrota justa pero dura, ya que la misma se produjo en los últimos minutos y tras una muy buena primera mitad. Toca remangarse de nuevo, corregir errores, que fueron muchos, y pensar en el Santander, con la Copa de por medio, competición que puede venir bien para volver a coger sensaciones. 

Y en baloncesto muy buenas noticias, ya que los dos triunfos consecutivos frente a rivales de “nuestra” liga como son Coruña y Breogán  además de ser fundamentales en términos clasificatorios son una bocanada de aire fresco para la plantilla y entorno, bastante crítica desde el primer momento con el equipo.

Personalmente no puedo ponerme ninguna medalla, ya que desde el primer momento he mostrado mis dudas con la confección de la plantilla, sin señalar a ningún jugador, ya que considero que todos tienen el nivel suficiente para estar en el equipo. Sigo con mis dudas, no puedo negarlo, pero veo una plantilla experta, sería y parece que muy unida y comprometida, lo cual es la base para garantizar el éxito. Además, como he dicho desde el primer momento, si Pablo Pin tiene confianza en los suyos, quien soy yo para no tenerla.

Lo dicho, dos muy buenas victorias, diferentes entre ambas, la primera sufriendo y agarrándose al partido en las malas, y la segunda demostrando superioridad desde los primeros minutos, esta vez sí, con un equilibrio entre el juego interior y exterior  con Noua, Willey y Bamforth muy acertados y con un equipo que demuestra poco a poco que es eso, un equipo, con algunas limitaciones en su plantilla, lo cual, y presupuesto de por medio, es más que justificable. Se sufrirá seguro, pero hay que ser positivos en cuanto al objetivo.

 

 
 
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