OPINIÓN: Tormentas, por Alberto Bueno
Tiene bemoles la cosa. Lo que no ha llovido ni en otoño ni en invierno, lo está haciendo esta primavera, lo justito para molestar y no regar de forma abundante nuestros campos. Aunque, tal y como se presenta la situación, no estamos para ponernos ni exigentes ni “tiquismiquis” con la lluvia. Bienvenido sea siempre el líquido elemento. Estos últimos días, además, parece que a forma de presagio, lo hace de forma tormentosa.
Digo lo del presagio, y haciendo comparativa, porque las tormentas también acechan el panorama deportivo granadino. En ciertos casos, como es el del Granada 74 y el CB Granada, su realidad se asemeja a nuestro clima. Han disfrutado de una temporada tranquila, gozosa e incluso permitiéndose el lujo de pensar en aspiraciones mayores, difícilmente imaginables a comienzos del curso: unos con la Copa del Rey y otros con el ascenso. Soñar es gratis. Realizar los sueños es harina de otro costal. Ahora, ambos se encuentran en la complicada tesitura de salvar la categoría. La borrasca, en caso de fiasco este fin de semana, puede convertirse en auténtica “gota fría”. El verano, por otro lado, ya es de por sí época de tormentas. Veremos a ver.
El otro que anda con los rayos, truenos y relámpagos detrás de él es el Granada CF; si bien, los rojiblancos no han salido del tiempo inestable en toda la campaña, lo que no implica que capear el temporal sea fácil. El Granada puede pasar de estar hundido a elevarse a los cielos, y todo en cuestión de dos jornadas, que son las que restan para que la liga regular se de por concluida. Dos más la eliminatoria de ascenso, claro está. Pero estar entre los cuatro primeros es condición ‘sine qua non’ no hay posibilidades de triunfo.
El club de Recogidas 35 ha demostrado los diferentes estadios por los que se puede pasar a lo largo de toda un temporada. De la euforia inicial se pasó a la decepción y cabreo a lo largo de buena parte de la misma, para retomar el sendero de la ilusión en la recta final del campeonato. La liga jugada por los de Óscar Cano (sin exculpar al propio técnico) ha distado mucho de ser brillante, en absoluto buena. Sin embargo, la Providencia, la buena suerte, el azar, un sistema de juego válido por fin encontrado o llámese equis, han hecho que el Granada esté donde esté al final, a un punto del Mérida, cuarto clasificado. Tan lejos y tan cerca. De llevar el proyecto a buen puerto ya se hablará, pues aún queda mucho para que esto finalice. No obstante, podemos jugar a elucubrar sobre el futuro rojiblanco en caso de fracaso, el cual se puede fraguar este mismo domingo. No conviene ser ni agoreros ni pesimistas, mas hay que permanecer con los pies en tierra firme. “Pinchar” este domingo supondría el naufragio del naviero, y su patrón, Paco Sanz, de manera probable, se iría al fondo con él.
Domingo, 20.00h. Llévense el transistor… y el paraguas. Por si dice de llover.
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El choque ante los gallegos arrancará a las 21:30 horas