San Mamés y el Granada, la combinación perfecta para que nueve horas de viaje merezcan la pena
AMBIENTE | El equipo de Robert Moreno no estuvo solo en las gradas de La Catedral gracias a unos valientes
Visitar San Mamés es una experiencia inolvidable. Lo fue con el antiguo en su momento y, ahora, también con el nuevo. Hacerlo en un partido de fútbol, eleva la emoción a niveles mucho más altos. Y, si es entre el Athletic y tu equipo, sencillamente, no hay palabras para explicar la sensación que se vive antes, durante y después del encuentro.
Marifé, Ángel, Alberto y Mario no lo dudaron. Arrancaron el coche en la capital de la Alhambra a las 5:30 horas del viernes y gritaron eso de “carretera y manta” hacia Bilbao. Ni las nevadas caídas a la altura de Madrid y Burgos fueron impedimento para borrarles la sonrisa. Sabían que, en unas horas, estarían en La Catedral animando a su equipo. Incluso, para Marifé, “el viaje se hizo corto, porque lo hicimos cuatro almas que amamos al Granada por encima de todo”.
Explicó que “lo importante era llegar a tiempo para ver al equipo en el hotel. Saludamos a los jugadores, también a Lucena”. Consiguieron su objetivo, aunque se marcharon del búnker granadinista con una pequeña espina “por un gesto del entrenador, ya que le saludamos, nos vio con las bufandas y las camisetas, y no hizo ni por dirigirnos la palabra”.
Entre cerveza, pintxo y copa también hubo tiempo para analizar la actualidad deportiva del Granada, un argumento al que no le faltó el toque metafórico: “El equipo esta temporada es un perfume sin esencia. No tiene ese olor y esa flor de identidad, de lo que es el Granada. Pero, el escudo prevalece sobre todo y sobre todos”. Aun así, “estar en La Catedral para ver a tu equipo y con tus amigos es un lujo, el resultado es lo de menos”.
Haciendo referencia a la ejemplificación con los perfumes, cruzar por Licenciado Poza hasta llegar a los pies de San Mamés tiene un aroma muy especial. Se respira el sentimiento athleticzale en todas sus vertientes, desde los más pequeños, hasta los más mayores. Dentro del estadio, el rugido del león es capaz de dejar a cualquier visitante boquiabierto.
Con el sabor de haber tenido al Athletic contra las cuerdas y acariciar los tres puntos se marchó el Granada de San Mamés. Los otros pocos valientes de la grada, lo hicieron con una experiencia única en la vida. Cruzar toda España en coche, bajo lluvia y nieve, para incrementar el rojiblanco de La Catedral no solo mereció la pena, sino que se volvería a repetir al día siguiente.
@Francalvo1996
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