El club de la eterna lucha
CONTRACRÓNICA | El Granada firmó un gran partido ante el Barcelona y sumó un punto importante de cara a la pelea por la permanencia
La noche de domingo fue feliz para la afición rojiblanca. Los seguidores del Granada, que no esperaban ver la imagen ni el resultado que los del ‘Cacique’ Medina sacaron en Montjuic, volvieron a ilusionarse con un equipo que de pelear y jugar así hasta final de temporada puede conseguir la salvación.
El Granada fue un equipo completamente diferente al visto en la presente temporada. Anoche los rojiblancos, que salieron de inicio con Ignasi y Miguel Rubio en la zaga tras las bajas de Piatkowski y Bruno Méndez, fueron un conjunto atrevido con balón, muy solidario en defensa y complicó las cosas a un Barcelona que vio como perdía el partido por momentos. Un equipo que volvió a ilusionar a su afición, dejó claro que no se rinde y volvió a hacer gala a su lema y el antiguo ‘matagigantes’.
El planteamiento inicial, donde el equipo nazarí trató de arrebatar el balón al cuadro blaugrana y salir a la contra por medio de Pellistri, funcionó a un Granada que contó con varios acercamientos de considerable peligro. Con los avisos del Granada, el Barça pisó el acelerador y metió a los de Medina atrás, aunque estos renegaron a los famosos ‘pelotazos’, saliendo con criterio desde atrás y diluyendo los ataques azulgranas. En una de esas estocadas culés llegó el tanto inicial del Barça, obra de un Lamine Yamal que entró libre al segundo palo en un despiste de Maouassa y Melendo al seguir la marca.
Pese al gol local, el Granada no agachó la cabeza y siguió con su plan de partido, siendo incluso más valiente de lo que salió en un principio al césped del Lluis Compayns. Uzuni y Maouassa, que sustituyó en el once a Carlos Neva por molestias, avisaron a un Barça que tuvo la sentencia en sus botas antes del descanso. Martin Hongla, en una noche donde lideró el medio campo granadinista ante la ausencia de Gonzalo Villar y dio criterio al juego nazarí, rechazó en línea de gol el segundo tanto barcelonista y dejó con vida a un Granada que se tomó esa acción como un punto de inflexión en el partido.
La venganza rojiblanca llegó a pase de Facundo Pellistri. El atacante uruguayo, que anoche fue el mejor del Granada dejando un gol y una asistencia, logró hacer olvidar el desborde de Bryan Zaragoza y generó pánico en una defensa catalana que vio como servia en bandeja el tanto de la igualada, al borde del descanso, para Ricard Sánchez.
Con el empate en el marcador y tras la vuelta del descanso, el Granada volvió a pasar unos minutos de asedio por parte del equipo de Xavi Hernández, aunque supo templar el partido y hacer lo que se le ha pedido durante la temporada, leer el juego. Pellistri y Uzuni encontraron los huecos a la espalda, ante un Barça que se desordenó al buscar muy arriba la presión en salida de balón rojiblanca, y generaron peligro con acciones que bien pudieron terminar en gol.
A balón parado, tras un gran servicio de Maouassa, llegó el 1-2 para el Granada. Otra de las cosas que no ha tenido este equipo era el juego aéreo y Faitout, pese a que necesita adaptación a la defensa, está aplicando y sirviendo centros de calidad para que se firmen cabezazos como el de Ignasi Miquel.
De nuevo el Granada volvería a ejercer de víctima y recibiría el empate, cierto es que el tanto fue mérito de una genialidad entre Gundogan y Lewandowski, aunque faltó capacidad de anticipación en el movimiento del germano para dejar solo en el mano a mano al delantero polaco con un Augusto Batalla que volvió a jugar con el reloj.
La tan ansiada falta de puntería se diluyó. El mérito en el juego rojiblanco, que metió por tramos del juego atrás al Barça, estuvo acompañado de un gran rango de efectividad que permitió al Granada acertar de cara a puerta. Pellistri, en una noche redonda donde dejó ver su calidad y su capacidad para liderar al equipo, hizo su gol y desató la locura en un cuadro nazarí que vio como podía puntuar de tres.
Finalmente, como suele pasar en los guiones de partidos ante equipos grandes, el Granada sucumbió, debido también a un grosero fallo de Callejón, y encajó el empate a tres en un partido donde perfectamente pudo ser vencedor. Un punto positivo, que pudieron ser tres de no ser por los cambios, que volvieron a perjudicar al equipo, y por el exceso de pasividad por parte de un Callejón que no está ni se le espera para rendir en Primera.
En el horizonte quedan Almería y Valencia, dos partidos a los que se llegará con la moral por las nubes y que son en casa, pudiendo reducir considerablemente los siete puntos que hay con la permanencia si se consiguen ganar ambos duelos.
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