Arabia y Estados Unidos: ¿son el futuro de los mejores jugadores?
Ambas ligas quieren potenciar su presencia internacional
Hace unos meses nos encontramos ante un panorama sin precedentes en el fútbol mundial. Leo Messi recibía una oferta, tras sus públicas y notorias diferencias con su equipo, el PSG, por parte de un club de Arabia Saudí. La cifra resultaba estratosférica: 1.500 millones de dólares por tres temporadas, según concretaron algunos medios con posterioridad. ¿Era esto lo que lo convertía en alarmante? Bueno, la cifra, en sí misma, ya es toda una noticia. Pero lo que impacta es que el jugador estaba valorando la oferta y que ya existía un caso consumado de este tipo de movimientos: Cristiano Ronaldo jugaba ya en esa liga, que para muchos era de segundo (o de tercer nivel).
Así, los que habían sido los dos mejores jugadores de una generación podían acabar en una competición de la que apenas se oía hablar poco antes. En el caso de Cristiano, su contrato era inferior, pero 600 millones por tres temporadas sigue siendo un monto que quita el hipo. Finalmente, Messi acabó escogiendo otra opción, la del Inter de Miami, en la MLS americana. Con un contrato muy atractivo, aunque inferior al del Al-Hilal saudí en la cuestión económica. La liga americana también entraba en juego, pues, para atraer a los mejores jugadores del mundo. Y lo hizo con este flamante fichaje, con un argentino que había sido el artífice de una Copa Mundial.
Los responsables de la liga de Arabia no iban a dejarse desalentar por el revés y no han cejado en su intento de atraer a estrellas de primer nivel. Hoy ya cuenta con los servicios de Karim Benzema y Kanté (Al-Ittihad Jeddah Club), Neymar (Al-Hilal) o Dembelé (Al-Ettifaq), entre otros. El perfil, a priori, es de jugadores veteranos, que han jugado en las ligas más importantes y han conseguido grandes galardones a nivel grupal e individual. De esta forma, se aseguran de conseguir una buena bolsa económica en sus últimos años de carrera, aprovechando su talento y su experiencia (además de su nombre), pero sin el desgaste que implican las competiciones de mayor prestigio.
Para la MLS este camino ya empezó hace tiempo, con fichajes como Beckham (actual propietario del mencionado Inter de Miami), Rooney, Kaká, Lampard, Pirlo, Ibrahimovic o Henry, aunque la lista es mucho más larga. Ahora podemos encontrar a viejos conocidos de la Liga española, como Busquets, el propio Messi y, hasta hace poco, Bale. De hecho, ambas ligas han utilizado como reclamo estos grandes nombres propios, pero la idea principal es conseguir competiciones que sean de reconocimiento internacional y atraigan, también, a jóvenes estrellas, en su mejor momento y con una continuidad que pueda extenderse en el tiempo.
¿Representa esto una amenaza para las principales ligas, como las europeas? Sin duda. Porque el potencial económico saudí y norteamericano pueden desequilibrar el mercado de fichajes, dejando estas competiciones huérfanas de sus principales jugadores y de sus promesas más brillantes. Pero todavía no ha llegado ese momento, pues los partidos de fútbol españoles, siguen teniendo altas cotas de audiencia y de visitas a los portales especializados de pronósticos, por citar dos casos relevantes de seguimiento mundial. Lo mismo ocurre con las ligas italianas, inglesas o argentinas. Y, además, las cláusulas de rescisión pueden ser un ingreso importante para los clubes tradicionales.
Pero hay que destacar un punto importante. Y es que ambas ligas emergentes no son, exactamente, lo mismo. Si bien ambas tienen un importante potencial económico, en el caso de los Estados Unidos viene de rentabilizar las audiencias y del potencial del deporte en ese país. En cambio, Arabia Saudí no depende tanto del éxito de la competición, sino que mezcla un intento de ganar presencia a nivel mundial y de ambiciones personales de aquellos que aglutinan mayor riqueza nacional. Por otra parte, para los jugadores, Oriente Próximo se revela como una simple operación mercantil. Mientras que el estilo de vida americano y las posibilidades para hacer negocios, posteriormente, en el país, pueden resultar muy atractivos.
Y no todos encajan en la cotidianeidad árabe. Cristiano Ronaldo parecía incomodo con su estancia en Arabia Saudí. Y, como ya es sabido, Messi optó por la MLS pese a que la oferta era más baja. Por tanto, el dinero es un factor importante, pero no necesariamente definitivo, lo que puede ser un freno para algunos atletas a la hora de tomar la decisión de migrar a estas ligas. Eso sí, la actualidad nos hace pensar que Arabia y la MLS han alcanzado el estatus de protagonistas en el nuevo mercado mundial de fichajes en el fútbol.
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