MINUTO 28

Santiago Martos  |  22 de septiembre de 2015
Santiago Martos (GRJ)
Santiago Martos (GRJ)

Orgullosos del Granada CF

 

Que el fútbol es un estado de ánimo es algo ya de aceptación general. Es muy común leer en foros y redes sociales mensajes eufóricos cuando el equipo al que uno pertenece hace un buen partido o gana, y al contrario, mensajes ácidos e incluso hirientes cuando no se hace buen papel. La cosa se desborda algo más cuando ese buen partido en cuestión es frente a un equipo, con tanto papel moneda, que le rebosan los fajos por los vomitorios de su estadio hacia la calle.

Ganarle al Madrid, como siempre, rozaría la proeza, lo milagroso. Sandoval, al que pocos creyeron, avisó que iban a Chamartín a dar de qué hablar, y vaya si lo hizo. Entre las tareas pendientes que llevaba el de Humanes se encontraba, a saber y por orden: borrar el espantoso recuerdo del nueve a uno de la temporada pasada que su homólogo Abel cosechó con sus pupilos, jugarle de tú a tú al Madrid poniendo toda la carne en el asador, salir con la cabeza alta y dignamente del choque y, si ya se gana, miel sobre hojuelas.

Y no se ganó, oficialmente claro, porque en el campo el ratón asustó y bien al elefante. Lo que parecía iba a ser un paseo triunfal de Ronaldo, batiendo otro récord más de la casa, se torció. Un Andrés Fernández pletórico (al que hay que volver a pitar a la mínima de cambio ¿verdad?) junto con un bloque de jugadores comprometidos, concentrados y trabajadores rozaron la épica. Un milagro que, un arbitraje que se resiste a utilizar las nuevas tecnologías para que estas cosas no pasen, le quitó un gol a uno para dárselo al otro. Aunque son cosas que pasan. Han ganado sí, pero el orgullo y el amor propio son nuestros, para nuestros jugadores y aficionados.

Además, hizo bien Sandoval el no irse sin poner la banderilla de lo desacertado de la proposición del sponsor merengue en su web oficial, donde animaba a apostar cuántos nos iban a caer. Digan lo que digan desde la capital del reino ha sido una falta de respeto. Supurar ese aire de superioridad suprema sobre esos diez o doce equipos modestos de la Primera, no es propio de un club que alardea de todo lo contrario.

El de Humanes cree en su trabajo y en el de su plantilla. Desde varios frentes animábamos a seguir así y no renunciar al juego de toque. Su filosofía de jugar y dar buen trato de balón nos costó caro frente al Villarreal y parecía una osadía frente a los merengues, pero él creyó, y sus jugadores, pues también. Gracias a ello hemos sido testigos de uno de los mejores partidos que le recordamos al Granada frente a uno de los grandes y, aunque el resultado haya sido injusto, el placer de los sentidos al ver cómo teníamos a un elenco de estrellas contra las cuerdas jugando al fútbol y no al patadón, y la sensación de que veremos más partidos como este, valen más que los tres puntos no cosechados. Mucho más.

@martosms


 
 
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