MINUTO 28

Santiago Martos  |  12 de noviembre de 2015
Santiago Martos (GRJ)
Santiago Martos (GRJ)

Trabajo, humildad y respeto

 

Reza el dicho que cualquier tiempo pasado fue mejor. En el Granada de esta temporada parece que podemos aplicar la máxima pues, de momento, acumula los peores registros en estas once jornadas transcurridas de toda su historia en la máxima categoría. No voy a detallar los detalles de por qué seguimos en descenso, para eso están los artículos de las noticias de esta web. Tampoco voy a entrar por lo menudo en intentar explicar el esperpento de Vallecas y en cómo nos estamos acostumbrando los aficionados, a que nos saquen los colores por esos campos de España jornada tras jornada.

Ayer me acordaba de Fabri. Ese gallego que fue parte del milagro de los dos ascensos consecutivos de este Granada. Un hombre sencillo, franco y con los pies en la tierra. No había rueda de prensa, entrevista o coloquio donde no soltara la retahíla de su sistema…trabajo, humildad y respeto repetía hasta la saciedad. Lo decía (y dirá supongo) con un convencimiento absoluto, como quien conoce una receta tradicional de algún plato familiar y no admite ingredientes superfluos, que no aporten nada o que, incluso, estropeen o desvirtúen el resultado final. Si hubiese sido entrenador de otro club más televisivo no cabe duda de que esa fórmula sería tan famosa como la que el Cholo recita de “partido a partido”.

Sólo con trabajo duro saldrá el Granada del atolladero en el que se está metiendo. Realizar un trabajo bien hecho, con diligencia, presteza y predisposición de todas las partes es la primera baza a hacer para ganar la partida. Un trabajo en equipo requiere compromiso, un sazonador para esta receta que no puede faltar. No pongo en duda que no se esté trabajando, faltaría más. Pero sí digo y quiero incidir en que ése es el camino y no otro. Necesitamos un Granada que se inspire en la máxima de la mejora continua, en que todos los días puede y debe haber algo en lo que se pueda mejorar. Buscar la eficiencia, la eficacia y el rendimiento profesional en sus niveles de excelencia. Nada a lo que un profesional brillantemente remunerado se pueda negar y que constituya no sólo su obligación si no su meta, su propósito y su motivación.

La falta de humildad es otro detonante que puede llevarnos a la fatalidad. Reconocer los errores, admitirlos, saber encajar las críticas y convertirlas en valores importantes para el trabajo del día a día requieren de esa humildad. Muchos aficionados con los que hablo me inciden en la sensación de falta de humildad que le transmite este Granada cuyos mejores partidos fueron frente a dos grandes de la liga, como si se “despreciase” a otros rivales al no jugarles con la misma intensidad, la misma concentración que al Real Madrid o al Valencia. No parece haber sido una tónica general pues ha habido también buenos partidos aparte de esos dos, pero al final son las sensaciones las que van calando en buena parte de la afición que termina dando la espalda al equipo.

Y el respeto. Respeto por uno mismo para empezar. Trabajar duro es respetarse a uno mismo, es dignificarse como persona y como profesional. Respetar al compañero, al rival, a los valores del deporte. Sólo sintiendo y practicando un absoluto respeto se puede conseguir el respeto de los demás hacia uno mismo.

Ahora, con este parón liguero, es buen momento de replantearse muchas cosas. Cuando las cartas vienen mal dadas es cuando hay que demostrar de la pasta que está hecho uno, cuando te ves solo y sólo tú tienes en tu mano la solución. Cuando todo va bien, todo son amigos y fiestas.

@martosms 


 
 
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