CONTRACRÓNICA: El líder se llama Harvey Dent, por Roberto Castillo

El Granada no plasma en el marcador la mayor posesión de balón y vuelve a caer fuera de casa

Dani Benítez y Cámara intentan frenar a un rival (DIARIO JAÉN)
Dani Benítez y Cámara intentan frenar a un rival (DIARIO JAÉN)

A los que no entiendan el título les pondré en situación. Me encantan los cómics, soy un ávido lector de tebeos de toda clase, y Batman es mi héroe favorito. Como alguno de ustedes sabrá, especialmente si vieron su última adaptación cinematográfica, El Caballero Oscuro, Harvey Dent, fiscal del distrito de Gotham, tras un accidente se transforma en un villano llamado Dos Caras. Y esas dos caras son las que presenta el Granada en esta competición.

Porque no nos engañemos, somos líderes y campeones de invierno, algo incuestionable, pero el Granada de casa es un Granada muy distinto al de fuera, como si de algún modo los jugadores cohibieran su talento y habilidad cuando no se encuentran arropados por su hinchada o, al menos, por la totalidad de la misma, ya que en el día de hoy la afluencia de granadinistas al estadio de La Victoria fue espectacular, más de 2000 según estimaciones.

El Granada en casa es fuerte, serio atrás, contundente, vivaz por las bandas y mordaz por el centro, maneja a su antojo los partidos y los transforma, casi en su totalidad, en victorias; sin embargo, fuera de casa es un equipo gris, que se obceca en el toque y pierde la frescura y profundidad de la que hace gala en el Nuevo Los Cármenes. ¿A qué se puede deber esto?

 

Puede que el problema sea psicológico, que los jugadores no se adapten a las condiciones de los demás campos, que les siente mal viajar o que echen de menos alguna valla publicitaria en concreto, pero el caso es que, por una razón u otra, el rendimiento a domicilio no es el deseado.

No obstante, no todo son bastos para el equipo, que cierra la primera vuelta como líder en solitario, aunque con un pelotón de perseguidores al acecho. El equipo tiene rachas de buen juego, hoy sin ir más lejos se vieron buenas jugadas al comienzo del choque, y la calidad de la plantilla, más aún con los refuerzos invernales, está fuera de toda duda. Pero el ascenso no es solo un premio a la regularidad, como lo sería ganar una liga. Para ascender será preciso obtener trofeo contra rivales duros, de esos a los que aún a día de hoy no se ha conseguido derrotar. Los Eibar, Barça B, Alavés, Ponferradina o Alcorcón no lo pondrán nada fácil en un hipotético, y por qué no decirlo, muy probable playoff de ascenso.

Del día de hoy me quedo con la actuación de un Coke que poco a poco se está haciendo con un sitio en la rotación del equipo. Hoy salió sustituyendo a un gris y desacertado Cámara en el descanso, y dio un nuevo aire al equipo, que, a pesar de no traducirse en el marcador, sí notó una mayor y más rápida circulación de balón, y una mejor clarividencia en el pase. Por el contrario, en el lado negativo citaría a Iván Amaya, que de vez en cuando viene cometiendo errores impropios de un central de su categoría y bagaje, y que me da la sensación de que si no fuese porque el novato Jonathan Mensah estará presente en la Copa de África representando a su selección de Ghana, podría ver en entredicho su puesto en el once inicial.

Para acabar me gustaría ilustrar lo que, para mí, fue el partido de hoy con una frase de un entrenador bastante criticado por el público, pero al que personalmente considero todo un estudioso del fútbol, Juanma Lillo: “Fuimos dueños del partido, pero no del resultado”; y es que, a veces, como se ha visto hoy, no es suficiente con tener la posesión del esférico para llevarse el gato al agua.

rcastillo@granadaenjuego.com

 
 
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