OPINIÓN: Cabeza de turco, por Javier Palma

Javier Palma (GRJ)
Javier Palma (GRJ)

Óscar Cano ha sido la única víctima del pésimo inicio de temporada que ha firmado el Granada CF. Los malos resultados han pesado como una losa sobre el joven preparador del Parque Nueva Granada y han acabado con él. De nada sirve el buen trabajo diario, la máxima dedicación y entrega, y toda la buena voluntad que ha puesto al frente de la nave rojiblanca.

Hace tiempo que escribí en esta misma columna que, al igual que ocurrió con Lucas Alcaraz, los resultados pondrían a Cano en su sitio. ‘El seco’ es un buen entrenador, creo que de esto nadie tiene dudas. Firmó buenas temporadas en el CD Imperio, Arenas de Armilla y CD Baza, pero no era el técnico que necesitaba el Granada CF. Así se lo dije un día a Paco Sanz, presidente del Granada CF, cuando me preguntó por él antes de firmar al serbio Josip Visnjic. Las urgencias del ‘historico’ pedían un perfil más curtido en la categoría.

El Granada anunció su contratación vendiendo un proyecto a medio y largo plazo. Sanz llegó a decir que lo hubiera firmado por veinte años y todos alabaron su trabajo semanal. Cano se llenaba la boca de granadinismo cada vez que tenía un micro delante y, sentando cátedra en cada alocución, enamoró al director deportivo, Félix Cobos.

 

Con Cano se ha planificado cada temporada con mucha antelación y, sin embargo, no se ha logrado confeccionar una plantilla compensada. Además, Cano ha contado con un cuerpo técnico amplio y a su gusto. Casi no ha tenido limitaciones para trabajar, incluso ha contado con un campo de césped natural para entrenar alternativo a los municipales de ‘Los Cármenes’ y ‘Nuñez Blanca’, primero con el campo privado de Santa Fe y posteriormente en los del directivo Antonio Sánchez. A cambio ha tenido que tragar con fichajes que no le convencían y que no eran, ni mucho menos, las primeras opciones solicitadas.

La renovación de la pasada temporada levantó ampollas en la directiva. Se acordó casi de forma unilateral por el tandem Sanz-Cobos y se anunció por SMS al resto de directivos. Óscar Cano, consciente de las críticas internas hacia su labor, se alineó con los más poderosos dentro del cónclave rojiblanco.

Félix Cobos, director deportivo sin remuneración, pero con master -por cierto, pagado por el Granada CF (2.200 euros a la RFEF)-, lo defendió a capa y espada, contra viento y marea. Llegó a declarar ante los medios que el Granada CF no era el Real Madrid o FC Barcelona para finiquitar el contrato de un entrenador por su “situación económica”. También escribió on line que antes de la salida de Cano estaría la suya propia. Félix, ha llegado tu hora. Estamos esperando tu marcha.

Vale que te haya echo ilusión negociar el fichaje del sustituto, Pedro Braojos, que por cierto sonaba en todos los ‘mentideros’ desde hace meses con futuro inquilino del banquillo rojiblanco. Una vez que se ha consumado su fichaje, ya puedes coger la puerta. No es de recibo que alegues para aferrarte al cargo que no cobras por ello y que ahorras un sueldo al Granada CF.

Félix, tus pésimos fichajes y renovaciones han costado a la entidad más de 300.000 euros. Sólo hay que recordar las contrataciones de Rivas, José Mari, Nene, Saavedra, Labella, Vinuesa, Rebollo, Salva, Francis, Cazorla, Jorge García o Pinto. O los magníficos refuerzos en los mercados invernales como Carlitos, Alex Colorado o José Villar.

Además, blindar los contratos de José Alfonso Morcillo, preparador físico; y Matías Ramírez, ojeador, al vincularlos al de Óscar Cano ha sido, con perdón, una ‘cagada’. Creo que es la primera vez que el Granada CF tiene que pagar a alguien que no ha despedido. La brillante gestión del todavía director deportivo va a suponer más de 100.000 euros, de los que habrá que preparar la mitad para que firmen el finiquito y Braojos se pueda sentar en el banquillo el domingo.

redaccion@granadaenjuego.com

 
 
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