El Granada que todos quieren, 1-0
CRÓNICA | Un solitario gol del Miguel Rubio tras la reanudación le da a su equipo y a Karanka tres puntos de oro ante el Zaragoza
Miguel Rubio no solo hizo un partidazo atrás, sino también arriba. De hecho, su gol pudo salvar el pellejo de Aitor Karanka. El central marcó nada más reanudarse el partido tras el descanso y avivó un partido que estaba siendo insulso y sin chispa. Pero, tras ese tanto se presenció en el ‘Nuevo Los Cármenes’ una alocada segunda parte, en la que tanto Granada como Zaragoza tuvieron opciones para sumar alguna unidad más al electrónico final. En algunos tramos, incluso, el cuadro nazarí jugó sus mejores minutos del curso, y en otros supo sufrir contra un histórico del fútbol nacional.
En una nueva prueba de fuego para el técnico, Karanka alineó al once que mayores garantías le transmitía a él, basándose en lo más empleado a lo largo de las once jornadas anteriores. A su bloque común se sumó de nuevo Víctor Meseguer ante la baja por segunda jornada consecutiva de Petrovic. El serbio no fue el único ausente en una convocatoria de la que también terminaron cayéndose Jonathan Silva, Sergio Ruiz y Perea, y que tuvo que ser completada por los miembros del filial Martín Solar y Eu.
Con respecto al once de la última derrota en Tenerife, Cabaco, Soro y Molina se quedaron en el banquillo. Sus lugares fueron ocupados por Miguel Rubio, Óscar Melendo y Jorge Molina, ya recuperados de las diversas cargas físicas que les provocó la frenética semana pasada, aunque en el caso del central no viajó hasta las Islas por problemas gástricos.
El juego en el inicio del envite se desarrolló en buena parte por las bandas, tanto en uno como en otro campo. La primera llegada peligrosa nació, precisamente, de un centro de Quini al que Puertas no llegó en el segundo palo. Sobre el área local, Fran Gámez y Gabi Fernández también lo intentaron con frecuencia, pero un colosal Miguel Rubio se convirtió en imán para los envíos zaragocistas. Y a lo que no alcanzaba el madrileño, Raúl Fernández estaba muy atento.
La más clara se produjo antes de alcanzar el ecuador del primer tiempo. Callejón ganó el esférico en la frontal del área, cayó a los pies de Uzuni y el latigazo del albanés lo desvió con una gran estirada Cristian Álvarez. El motrileño fue todavía más protagonista en la siguiente oportunidad clarísima, diez minutos después, al rematar un pase atrás de Ricard Sánchez y mandar el esférico muy cerca del palo del guardameta argentino.
Aunque, quien de verdad dio el susto fue el Zaragoza. Al filo del descanso, un zapatazo lejano de Sergio Bermejo se dirigió directamente al poste de Raúl Fernández, deteniendo ese sonido contra el palo algún corazón que otro en el ‘Nuevo Los Cármenes’. La réplica de Puertas en el último acercamiento de la primera parte, pese a encontrarse en una muy buena posición desde el punto de penalti, acabó sin mayores complicaciones en las manos de Cristian Álvarez.
El partido, demasiado insulso en su primer tiempo, no pudo arrancar de mejor forma para los intereses rojiblancos tras la reanudación. Quini aprovechó un rechace después de botar el Granada un saque de esquina y transformó su intento de disparo lejano en una asistencia para Miguel Rubio, que controló dentro del área totalmente solo y definió por bajo en el mano a mano ante Cristian Álvarez. La enorme alegría por el gol quedó un poco anestesiada porque Quini se lesionó en la jugada y tuvo que abandonar el campo. Pepe entró para sustituirle Pepe, que gozaría, con toda la segunda parte por delante, de sus primeros minutos esta temporada en el ‘Nuevo Los Cármenes’. Un movimiento que desplazó a Ricard hasta la izquierda, colocándose el jiennense en la derecha.
Acto seguido, el conjunto nazarí pudo hacer el segundo en un centro raso de Bodiger con el que se relamía Uzuni en el segundo palo lo cortó Lluís López, pero a punto estuvo de introducir el balón en su propia portería y solo el palo lo evitó. Ese tanto de Miguel Rubio le había dado alas al Granada para jugar, ahora sí, a lo que quería e incluso hizo doblete el central, aunque en esta ocasión sí se encontraba en fuera de juego, algo que protestaron los pupilos de Carcedo en la acción del primero, sin razón alguna porque varios rompían la posición antilegal.
El Granada quería aprovechar ese arreón, sus mejores minutos en la lona de ‘Los Cármenes’, para aumentar la ventaja y lograr un gol más que transmitiese tranquilidad. Casi lo logra Callejón en una jugada muy característica de su etapa en el Nápoles, cruzando por bajo ante el portero, pero Cristian Álvarez sacó una mano milagrosa. Sin embargo, tan caprichoso es el fútbol que de ese posible 2-0 en numerosas ocasiones se pudo pasar al empate, con suerte para los locales de que Giuliano Simeone, que entró en la segunda parte, estaba adelantado por milímetros a Miguel Rubio y su tanto fue anulado por fuera de juego. De haber sido posición reglamentaria, se hubiera revisado una más que posible falta previa sobre Callejón.
Entrado en los últimos veinte minutos, el partido fue un correcalles y cualquier cosa podía ocurrir. Karanka hizo un doble cambio y sacó del campo a Melendo y Uzuni por Ignasi Miquel y Jorge Molina. El Granada pasó, por tanto, a jugar con defensa de cinco, quedándose Rubio, Víctor e Ignasi en el centro y Pepe y Ricard en las alas.
El técnico vitoriano agotó sus cambios dando entrada a Bryan Zaragoza y Rubén Rochina por otros dos hombres de arriba, Puertas y Callejón. El descuento, extenso, fue un sufrimiento constante para el coliseo del Zaidín, que se mordía las uñas cada vez que el Zaragoza merodeaba el área de un inmaculado Raúl Fernández. La más peligrosa del conjunto maño tuvo que ser desde lejos, con un disparo de Mollejo que rozó el palo. A la contra también pudo llegar la sentencia y Rochina se topó en un mano a mano con Cristian Álvarez.
Con doble alegría se alcanzó el final. Primero, por tres puntos que sabían a algo más que gloria. Segundo, porque poco antes del término del choque el árbitro González Francés perdonó una segunda amarilla clara a Víctor Díaz, que lanzó un balonazo con el juego ya parado para perder tiempo. Estalló de felicidad el ‘Nuevo Los Cármenes’, con una nueva victoria en casa. A falta de pésimas imágenes a domicilio, menos mal que siempre quedará el fortín. El Granada recupera, momentáneamente, puestos de Play Off.
GRANADA CF Raúl Fernández; Ricard Sánchez, Víctor Díaz, Miguel Rubio, Quini (Pepe, 49´); Bodiger, Víctor Meseguer; Antonio Puertas (Rubén Rochina, 88´), Melendo (Ignasi Miquel, 70´), Uzuni (Jorge Molina, 70´); y Callejón (Bryan Zaragoza, 88´)
REAL ZARAGOZA Cristian Álvarez; Fran Gámez, Lluís López, Jair Jr., Gabi Fernández; Manu Molina, Jaume (Zapater, 82´); Larra (Luna, 67´), Bermejo (Valentín Vada, 46´), Puche (Mollejo, 67´); y Gueye (Giuliano Simeone, 54´).
GOLES 1-0 Miguel Rubio (min. 47).
ÁRBITRO González Francés, Raúl Martín (Comité grancanario). Amonestó a los locales Bodiger, Uzuni, Víctor Meseguer, Víctor Díaz, al entrenador Aitor Karanka y al técnico visitante Juan Carlos Carcedo.
INCIDENCIAS Partido correspondiente a la duodécima jornada de LaLiga SmartBank disputado en el Estadio Municipal ‘Nuevo Los Cármenes’ (Granada) ante 15.259 espectadores. En los prolegómenos del encuentro, la presidenta Sophia Yang y el director general Alfredo García hicieron entrega al jugador Antonio Puertas de una camiseta conmemorativa por sus 200 compromisos con la elástica rojiblanca.
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