Espejismo
CONTRACRÓNICA | El Granada peleó hasta el final por unos playoff que no merecía
En las últimas semanas, desde la llegada de Pacheta, el Granada vivía en una nube, persiguiendo sombras en forma de una recompensa menor tras un año decepcionante, tratando de maquillar con una clasificación para los playoff una planificación muy deficiente, muy alejada de lo que necesitaba un equipo cuya aspiración era el ascenso directo.
Por el camino este equipo ha fallado en demasiadas ocasiones, dejándose un reguero de puntos en la cuneta, acumulando deméritos para quedarse fuera de la pelea por el ascenso, una zona de privilegio en la que únicamente se ha mantenido en siete jornadas durante todo el curso, lo que evidencia las carencias que ha arrastrado el conjunto nazarí desde el comienzo de la competición.
Con Abascal, una apuesta con ínfulas, las cosas comenzaron a torcerse y aunque durante un buen pasaje la nave parecía enderezarse con Escribá, las turbulencias volvieron a aparecer, llevándose por delante un proyecto que nació herido de muerte.
Con el Racing, todas las taras del equipo volvieron a quedar al descubierto, en una actuación muy por debajo de lo que requería un choque de tal magnitud, consumando el desastre que diluía el espejismo creado durante las últimas jornadas.
Ahora, el club se llena la boca prometiendo un proyecto sólido y ambicioso, palabras vacías que no cobrarán sentido hasta que sean respaldadas con hechos.
Escandell y Raúl Fernández defenderán las porterías de Oviedo y Mirandés en la final de los playoff