El Granada CF pincha en hueso, 1-1
El conjunto rojiblanco cede dos puntos en su desplazamiento a Melilla, pero mantiene el liderato
Luis F. Ruiz / MELILLA (Enviado Especial)
Si de una crónica taurina se tratase, se podría decir que el Granada CF pinchó en hueso. El equipo granadino entró a matar pero sin cuadrar al ‘astado’, sin prepararlo para la suerte suprema y así solo pudo llevarse un trofeo sin salir por la puerta grande del Álvarez Claro. Los de Tomé cuajaron una faena a medias, pues en la primera parte no estuvieron a la altura y en la segunda el tiempo se les quedó corto.
El choque comenzó con cierto nerviosismo por parte de los visitantes, quizás conscientes de lo mucho que se jugaban en tierras norteafricanas. Tal fue el cuajo rojiblanco en los primeros compases que a las primeras de cambio llegó el primer tanto. Un garrafal error de Iván Amaya en defensa, tras resbalar, dejó el balón en las botas de Andrés Ramos, que de disparo cruzado, batió magistralmente a Raúl Fernández.
Con el 1-0 el choque cambió de repente. El rumbo del partido cogió un tinte que hasta el minuto 4 era inesperado. Los melillenses se hicieron dueños del balón y del juego, y con este panorama, los granadinistas solo pudieron presenciar como su rival fue mucho más certero.
Incluso, los pupilos de Andrés García Tébar pudieron ampliar la renta con sendos tantos de Carlos Ruiz y Amarito que despejó Raúl Fernández a córner no sin complicaciones. En este partido, al contrario que en otros, el guardameta titular vasco en las filas del Granada tuvo más trabajo que de costumbre, aunque resolvió la papeleta con nota alta.
Mientras, los de rojo y blanco estaba plúmbeos. Fuera de la tónica habitual a la que nos tiene acostumbrados, el equipo dejó de controlar la pelota en ataque y en el centro del campo, aspecto este último que se ha convertido en una debilidad. Los granadinistas, sin la pelota en la línea divisoria son otro equipo.
Pese a ello hubo ocasión para que Tariq, Benítez y Javi Casares rompieran el empinado marcador local, aunque el infortunio cara a los tres palos fue la nota predominante en el primer periodo. Sin ideas claras arriba y con balones a la contra sin acierto, ambos equipos se marcharon a vestuarios.
Tras la reanudación, los granadinistas cambiaron el planteamiento y contaron con más claridad en el ataque. Nada más sacar de centro, los rojiblancos mostraron sus intenciones con un contragolpe de Dani Benítez por la izquierda que remachó Tariq aunque sin fortuna.
Pero la clave del choque estuvo en el minuto 60 con la entrada de Martín Ortega. El jugador entró en sustitución de Amaya y se colocó como interior derecha, mientras que Felipe bajó al centro del campo para colaborar. En defensa, Tomé optó por reducir hombres para quedarse solo con tres zagueros. Estos cambios dieron sus resultados a los granadinistas.
Dani Benítez elaboró un contragolpe por la derecha que recayó en la frontal para Javi Casares. El gaditano la echó al suelo, vio desmarcado en el semicírculo a Martín Ortega al que cedió. Éste no desaprovechó la ocasión y de un fuerte disparo obtuvo el empate a uno.
La intención de empatar ya estaba conseguida. Solo quedaba remontar. Pero esta última meta se tornó imposible, en ocasiones por la precipitación de los granadinos y en otra por la buena situación de la defensa local.
Pese a ello, Torrecilla dispuso de un disparo cruzado cercano a la línea de fondo que el guardameta local Dorronsoro desvió a córner. También tuvo su oportunidad para anotar el segundo el Melilla a través de Carlos Ruiz. El bastetano envió al larguero un disparo lejano que por poco da el susto a Raúl Fernández.
Y sin embargo el partido acabó en tablas. La condición de líder de los granadinos solo quedó demostrada en la segunda parte, donde el dominio fue claramente rojiblanco.
Pero de este tipo de partidos está llena la categoría. Solo queda hacer buenos estos dos empates obtenidos en Sevilla y Melilla con una victoria ante el Poli Ejido. De lo contrario, el equipo no estará respondiendo a sus necesidades y obligaciones.
Mientras tanto, el liderato se mantiene como si los granadinistas lo hubieran alquilado hasta la jornada 38. Pero lo cierto es que los rivales también juegan, y pinchan. Aquí nadie es inmune y el Granada CF, como el resto, también es humano.
UD MELILLA: Dorronsoro, Mahanan, Jonay, Zamorano, Rubén, Migui (Álex Fernández, 88’), Currás, Carlos Ruiz, Amarito (Pablo García, 80’), Manolo Pérez (Yague, 80’).
GRANADA CF: Raúl, Nyom, Mainz, Amaya (Martín Ortega, 60’), Rubén, Granada, Torrecilla, Javi Casares (Lucena, 72’), Dani Benítez, Felipe (Felipe, 84’) y Tariq.
ÁRBITRO: Gómez Navarrete (castellano-manchego). Amonestó a los locales Currás y Carlos Ruiz; y a los granadinistas Nyom, Rubén y Martín Ortega.
GOLES: 1-0, Andrés Ramos (5’). 1-1, Martín Ortega (65’).
INCIDENCIAS: Encuentro disputado en el Estadio Álvarez Claro de Melilla ante unos 1.500 espectadores. Mañana apacible para la práctica del fútbol. Terreno de juego en regulares condiciones. En la recta final del partido, el árbitro del encuentro paró el choque para solicitar al delegado de campo que un sector de la afición de la grada dejase de vociferar insultos racistas contra Nyom.
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