Bloqueo y continuación
Situaciones recurrentes
Tras su derrota en Andorra, Coviran Granada ha caído a los puestos de descenso junto a, curiosamente, Bàsquet Girona, único conjunto al que ha sido capaz de ganar en este arranque de temporada. No le viene de nuevas a los nazaríes el estar instalado en el fondo de la clasificación, pues es el sino de los equipos humildes, pero no menos cierto es que las diferencias cosechadas en las derrotas han sido abultadas y que su ataque no funciona. Con la única y honrosa excepción del partido en Girona, los porcentajes de tiro de los rojinegros han dejado mucho que desear, y ese factor debería corregirse con inmediatez si se quieren lograr los resultados y objetivos deseados.
El arranque de los partidos de Coviran no está siendo bueno, pues incluso en su mejor versión le costó trabajo arrancar y romper el partido. Este hecho ha propiciado que, con la única excepción del partido frente a Tenerife, donde se pudo mantener en el encuentro hasta el último periodo, los choques lleguen resueltos prácticamente al descanso, dejando pocas opciones de competir por los partidos. En Andorra la diferencia era de 18 puntos, con solo 26 anotados, y no se mejoraron las sensaciones hasta que los pirenaicos no bajaron el ritmo cuando ya se sabían prácticamente ganadores.
No se le puede exigir a los pupilos de Pin una ficha inmaculada de resultados, pero sí que sería hora de subir un peldaño en cuanto a la resistencia que se presta a los rivales, abandonando el discurso de las diferencias de presupuesto y el “no es de nuestra liga”. Barcelona y Unicaja no eran de nuestra liga, Tenerife y Andorra tienen mayores presupuestos que el nuestro. No deja de ser cierto, pero las excusas deben quedar a un lado cuando se trata de ofrecer una imagen luchadora y competitiva, algo que, por desgracia, solo se ha visto a rachas en este inicio de temporada. Hay margen de maniobra, pero no hay tiempo que perder.