OPINIÓN: Cada día es más difícil ser directivo del Granada, por Antonio Lasso
Cada vez se hace más difícil ejercer el cargo de directivo en una ciudad tan importante como la nuestra, donde existen varios periódicos y emisoras de radio.
En cualquier otra ciudad ser colaborador en un equipo de fútbol sería una distracción sin repercusión alguna en nuestra vida y desde luego sin presión por lo que nuestra gestión pasaría totalmente desapercibida para todos, Al hacer un estudio pormenorizado de la labor de los directivos que están o han estado en el Granada CF, quiero hacer ver lo difícil que es representar a nuestro club. La presión que se siente cuando estás dentro es indescriptible. No sabes como hacerlo ya que la herencia que va quedando es ruinosa y son pocas las posibilidades de continuar con alguna solvencia.
Todos los presidentes salidos de Gestoras o de Elecciones han llegado como SALVADORES y al poco tiempo su decepción y su propia ruina es notable, llegando a la dimisión por voluntad propia o por que los aficionados han pedido reiteradamente que se marchen. Algunos han llegado a invertir una gran cantidad de dinero de su patrimonio. Otros han realizado una gestión nefasta y después han reclamado en los Juzgados cantidades increíbles y no justificadas. En fin un desastre tras otro lo producido en el club de nuestros amores.
La mayoría de los directivos del Granada (en todas las épocas) consideran un honor y un orgullo figurar en su Junta Directiva a la que han pertenecido personas de relieve en la sociedad granadina como empresarios, abogados, médicos, asesores fiscales, banqueros, constructores, funcionarios, empleados en todas las ramas, etc. Creen haber cumplido perfectamente la misión que se les encomendó. No cabe duda que cuando entramos a formar parte de una Junta Directiva, se va a trabajar (en algunos casos más que en nuestro propio trabajo), quizá una parcela conocida para nosotros que no presenta por el momento dificultad alguna. Llegamos con una ilusión desmedida, todo nos parece poco para 'nuestro Granada'. Dedicamos al club horas de nuestro tiempo de ocio, nos cuesta disgustos familiares por lo tarde que llegamos algunos días a casa, tenemos problemas laborales porque determinados días hacemos 'rabona' para estar presente en horas que son de nuestro trabajo, etc. Cuantas noches sin dormir por los problemas que hemos vivido en las últimas horas.
Qué maldición y quién está detrás de ella, para que pertenecer al Granada CF como directivo en vez de ser un placer y una distracción, haya llegado a ser una autentica pesadilla. No debemos olvidar que uno llega a ser directivo por ser socio de la entidad y casi siempre a requerimiento o por amistad del presidente de turno. Cada día observo que ser directivo en nuestra capital es una grave rémora y nuestra entrada en el Club nos convierte, automáticamente, en deudores de un montón de gente que tienen facturas pendientes.
Los acreedores cuando ven nuevas personas intensifican sus pesquisas para que el club les pague lo que se les debe. En el Granada CF es frecuente que el nuevo directivo se vea presionado y su permanencia, en general, sea bastante corta y, si aguanta más de lo previsto, su futuro está en que algún abogado de turno te ponga una demanda y termines 'empapelado' para años en los juzgados, como le ha ocurrido ya a varias directivas incluida la última.
Los nuevos directivos incorporados deben afrontar las gestiones de los anteriores. Lo hacen con la mayor ilusión y el caso actual su juventud es arrebatadora, muchos de ellos desconocidos para el aficionado, empiezan con fuerza haciendo declaraciones a los medios de comunicación y se ponen a disposición de forma especial para algunos medios televisivos o radiofónicos sobre todo, que diariamente les requieren para que den su opinión y lo hacen con agrado. Pasado algún tiempo cuando ya conocen un poco al club, cada día les cuesta más trabajo hablar en los medios porque les resulta muy incomodo poder contestar a preguntas indiscretas que no les interesa en modo alguno divulgar. Se va perdiendo protagonismo y cuando no salen las cosas en el aspecto deportivo las críticas se hacen incomodas y dejan al anónimo directivo fuera de juego.
¿Cómo aceptamos las críticas? Nos sientan bien o nos levantan el estómago. ¿Nuestra familia las aceptan? Algunas, seguro que no. El final es la dimisión o la renuncia al cargo y aquí paz y allí gloria. Seguro que si participas de forma muy activa en la gestión de la Junta Directiva, además de la responsabilidad que contraes, serás muy criticado por los medios de comunicación como es su obligación. Algunas personas del entorno del equipo no te lo perdonarán nunca, incluso con el paso de los años cada vez que se hable de ti será para desprestigiarte y decir que no tienes derecho ni a dar tu opinión aunque seas socio de toda la vida.
Desde el palco la zozobra con que se ve el partido no es aconsejable para cualquier persona. Si no llegan los goles el martirio es tremendo. No digamos si se va perdiendo y el público se vuelve en contra, mejor no pasarlo. Que momentos más tristes y desagradables se viven si se consuma la derrota de nuestro equipo. No le aconsejo a nadie que por estar en el palco se haga directivo, el sufrimiento no se paga con nada.
La conclusión es que es muy difícil el ser directivo en Granada. La situación en estos momentos es grave por que las deudas nos agobian y la situación deportiva tampoco es muy optimista. No debemos compararnos con otros clubs de nuestro entorno. Cada uno tiene unas características. En estos momentos creo que lo único que debemos procurar es la salvación del Granada y que en la próxima temporada si es que llegan las ayudas prometidas por las instituciones y empresarios se vea con mas claridad nuestro futuro que deseamos los socios que sea brillante y que dure muchos años.
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