Arte y ensayo
CONTRACRÓNICA | Villar y Trigueros dejaron aflorar el talento para revitalizar al Granada
En un fútbol encorsetado, donde cada métrica se analiza al milímetro, el talento suele quedar arrinconado, denostado por el orden y la táctica, pero la virtud suele aflorar a borbotones para hacer saltar por los aires los convencionalismos y el rigor, como volvió a quedar en evidencia ante el Almería, un duelo que se decantó gracias a una buena dosis de virtuosismo.
El talento no se entrena, hay quienes plasman en un lienzo el más bello atardecer, o quienes interpretan con naturalidad la más intrincada partitura, y hay quien, con un balón en los pies, es capaz de detener el tiempo, ralentizar los corazones y dibujar en el césped jugadas inimaginables para la mayoría, como hizo Gonzalo Villar en el segundo tanto, el que mandaba a la lona al Almería después de un intenso combate.
Cuando peor lo estaban pasando los de Escribá, Villar decidió poner las musas al servicio del Granada, desenredando una situación complicada para despejar el horizonte rojiblanco, que ahora mira las próximas jornadas con optimismo, un desenlace que podía haber sido muy diferente sin el tanto del murciano.
Antes de la obra de arte de Villar, Escribá vitaminó al equipo dando entrada a Trigueros, que hasta hace no mucho parecía un soldado caído. Ahora, el ex del Villarreal ha engrasado el motor, se ha enfundado el esmoquin y maneja la batuta del juego rojiblanco, como si hubiese estado esperando al tramo decisivo para desempolvar todo su talento.
Con Villar y Trigueros implicados y mostrando su mejor nivel, las posibilidades del Granada de luchar por volver a Primera se multiplican de forma exponencial, pero para eso la inspiración debe visitar a estos dos futbolistas cada fin de semana, empezando por la próxima jornada ante el Albacete.
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