Un Granada molto rilevato en Nápoles

Se cumple un año del partido que ya es historia viva del club. Granada En Juego, presente en el Diego Armando Maradona, hace un repaso de todo lo vivido durante aquel mágico 25 de febrero de 2021

Fran Calvo  |  25 de febrero de 2022
El Granada conquistó Nápoles y el Diego Armando Maradona el 25 de febrero de 2021 (FRAN CALVO)
El Granada conquistó Nápoles y el Diego Armando Maradona el 25 de febrero de 2021 (FRAN CALVO)

“El cabezazo de Montoro en Nápoles”. “Las lágrimas de Rui Silva en Nápoles”. “La clasificación a octavos en Nápoles”. Un sinfín de afirmaciones dirigen a una misma dirección cuando a los aficionados del Granada CF se les pregunta por el mejor momento que han vivido apoyando a su equipo: Nápoles. En esa ciudad del sur de Italia, el conjunto rojiblanco protagonizó el mayor hito de sus casi 91 años de existencia al lograr el pase a octavos de Europa League en todo un templo futbolístico como el Diego Armando Maradona. Transcurría el 25 de febrero de 2021. Multitud de cosas han cambiado dentro de la entidad e, incluso, parece algo muy lejano en el tiempo. Hoy se cumple un año de aquella hazaña, de la fecha en la que Ángel Montoro mostró el escudo en forma de bala directo al corazón del continente.

No pudieron estar presentes, pero tres servidores, entre ellos Granada En Juego, intentaron transportar a miles de granadinistas, que por la dichosa pandemia tuvieron que vivir la Europa League en sus hogares, desde la ciudad de la Alhambra hasta Nápoles durante dos días mágicos. Desde el desembarco del club en las faldas del Vesubio hasta su retorno a casa (casi literalmente), quisimos difundir la mayor información posible para que la frustración fuese menos frustración, y los fieles rojiblancos sintieran que celebraban la clasificación en las butacas azules de un estadio tan espectacular como histórico. Un año después rememoramos lo acontecido mientras el equipo lucha por salir de una delicada situación, muy diferente por aquel entonces. Un relato que va más allá de lo estrictamente futbolístico e informativo. Es más, del partido, que ya se conoce lo ocurrido, no se va a hablar.

Nápoles es contraste puro. Al terminar la lujosa avenida en la que se encontraba el hotel del club, el viandante se sumerge en el Barrio Spagnolo. Cruzar de acera, incluso por pasos de cebra, resulta una aventura en la que la vida está en juego. Si consigues esquivar los coches y las motos pilotadas por personas sin ningún tipo de casco, puede que des de lleno con la pequeña plaza, escondida entre multitud de vetustos edificios, dedicada al dios de la ciudad, Diego Armando Maradona. Cosas del destino, falleció tres meses antes de la visita del Granada al estadio que hoy en día lleva su nombre. El culto a D10S se respira en cada rincón. Un mural enorme del `pelusa´ custodia ese santuario callejero, que precisamente visitó el presidente del Barcelona, Joan Laporta, en la jornada de ayer cuando su equipo jugó la misma eliminatoria que el cuadro nazarí 364 días antes.  

 

Ese coliseo denominado San Paolo antes tomó el nombre de Diego tras la muerte del astro argentino. En Granada confiaban en su tocayo gallego, Martínez, cuya ilusión se palpaba desde el día previo al partido. En el entrenamiento, el chamán cruzaba la pista de atletismo hasta el césped con un brillo especial en los ojos, mirando a su alrededor, y preguntando entusiasmado a los periodistas: “¿Habéis visto cómo nos han recibido al salir del aeropuerto?”. Cerró con fuerza el puño al escuchar que la respuesta fue “pues con más ganas todavía vamos a clasificarnos”.

Quince minutos de sesión a puerta abierta para los medios de comunicación que dieron para mucho. Un amago de multa por dejar mal aparcado el coche de alquiler, que tuvo su intrahistoria para sacarlo del aeropuerto de Roma y en la que comprobamos que a un tifoso napolitano sentaba mejor acordarse de su familia que “desafiarle” deportivamente. Una carrera a ritmo de carros de fuego. Una escena que demostraba lo que, poco después, acabaría sucediendo. La llegada de Patricia Rodríguez al club, producida dos días antes, dejaba aislado y aparado al ya ex director general Antonio Fernández Monterrubio, alguien que no mereció no disfrutar de la experiencia al cien por cien. Y, la instantánea del día, un periodista deportivo ejerciendo labores de francotirador tirado en la pista de atletismo, pero con una cámara de fotos. No tardó en ser carne de meme.

Apagafuegos 24 horas con y sin tacones

Rápida con el teléfono móvil para inmortalizar el momento estuvo la autora de la fotografía, que tiene nombre y apellidos. Paula De la Peña, directora de desarrollo y relaciones externas por aquella fecha, se mostró tan multifuncional a la hora de captar la imagen como su trabajo en el club lo fue a lo largo de cuatro años. Un año después del hito rememoró la hazaña, calificando lo ocurrido en el sur de Italia como “un sueño, tanto profesional como personal. Ya habíamos estado en grandes estadios, como el del PSV, pero el Diego Armando Maradona fue algo único. Ese día fue el primero en el que muchos jugadores lloraron, cosa que no había ocurrido antes. No estábamos asimilando en su justa medida todo lo que vivíamos, parecía que soñábamos despiertos, pero Nápoles significó un antes y un después. Nos lo creímos de verdad”.

Entre tanta euforia, hubo otra fotografía que salió algo más cara. 29.000 euros de multa por parte de la UEFA le costó al Granada realizar la instantánea de familia para celebrar el pase a octavos. Una imagen en la que tuvo que aparecer sin sus tacones de la suerte: "Los miembros de seguridad del Nápoles no querían que saltáramos al campo. Nos dijeron que con tacones no se podía pisar el césped, cuando estaba ya completamente levantado. Acepté órdenes y me descalcé en la misma pista de atletismo para salir en la fotografía. Y, ahí aparezco, sin tacones, pero celebrándolo como la que más". 

Sin embargo reconoce que su mejor momento no fue ni durante, ni después del partido. “Por inconvenientes del viaje, a un periodista se le olvidó su bolsito con las llaves del hotel en el estadio durante el entrenamiento. Me hicieron salir del hotel y, con toque de queda, fuimos de medianoche. Pude haber acabado durmiendo en el calabozo, pero no tuvimos percances con la policía y me abrieron las puertas para recuperar el tesoro. Recorrí todas las catacumbas del Diego Armando Maradona a oscuras, ya que no había nada de iluminación, y solo veía estampas de vírgenes mientras el silencio era sepulcral, pero disfruté muchísimo de esa imagen. Yo sola en el Diego Armando Maradona a las once de la noche, con todo apagado y en completo sigilo. Quedará siempre en mi memoria”.

El bolsito que quiso robar el Diego Armando Maradona

El dueño de ese bolsito y a quien debe estar agradecida Paula es a José Ángel Martos, director de Radio Marca Granada. El Diego Armando Maradona sabía que recorrió la travesía europea del equipo rojiblanco con él, que fue talismán, y quiso arrebatárselo. Todo valía allí en busca de la remontada napolitana. Pero, el periodista pudo recuperarlo con las llaves de su hotel y no se vio obligado a dormir por segunda noche consecutiva acompañado. De aquella ronda dijo que se trató de “un momento inolvidable, el Granada eliminando al Nápoles en su casa. Ahora, el equipo juega una final contra el Cádiz, pero hace justo un año estaba celebrando el pase a octavos de Europa League en el Diego Armando Maradona.

“Con el paso de los años podré contar que estuve en ese estadio contando el gol de Montoro al Nápoles. Parece que hace un siglo de aquello, y solo han transcurrido 365 días” añadió el iliturgitano más granadinista. Aquel que estuvo en Dürres, Malmö, Eindhoven, Nicosia, Nápoles y Budapest alzando su voz en tono rojiblanco ante toda Europa.

Del Escribano Castilla al tempo del `pelusa´

Tuvo la suerte José Ángel Martos de dormir la primera noche en la misma cama que Rafael Lamelas, jefe de deportes del diario Ideal. Un sexitano nacionalizado asturiano, o asturiano nacionalizado sexitano, que comenzó su andadura periodística 18 años antes en una victoria del Granada en el Escribano Castilla de Motril. “Aunque la gesta en Europa League le llevó a jugar en Old Trafford cuartos de Europa League, el punto álgido tuvo lugar en Nápoles. El hecho de que la eliminación de un club tan histórico se produjera a costa del Granada es algo que alcanza unas cuotas inimaginable. No hacía tanto tiempo que el equipo estaba en Tercera División” expresa a día de hoy.

Recuerda que “fueron unos días muy especiales para nosotros. Hay momentos de anécdotas, risas y también agobios. Pero, fue mágico pisar la pista de atletismo del Diego Armando Maradona el día del entrenamiento previo. En el partido, tuvimos un pellizco de angustia hasta el gol de Montoro”, a lo que añade lo siguiente: “Los enviados especiales que tuvimos la suerte de cubrir al Granada por Europa no pudimos viajar a Manchester por las restricciones, sí a Budapest, aunque la atmósfera especial de la aristocracia napolitana relacionada con Maradona es única”.

“Nos pasó de todo, incluida una vuelta accidentada en la que ya sí podemos decir que nos vimos obligados a regresar con el club, en unos días repletos de risas. Sin duda, la crónica que uno siempre soñaba con escribir” añora Rafael Lamelas, quien no tuvo que emplear su titular de porca miseria alternativo por si el sueño ponía fin en Nápoles.

Live is life

Vivir es vida. Así reza la canción de Opus que se hizo popular en los calentamientos de Maradona. Y la que retumbó por megafonía en su estadio cuando saltaron ambos equipos a calentar. Sí, estábamos allí. Lo estábamos viviendo y, sobre todo, lo estábamos contando. Tuvimos la suerte de hacerlo también en Budapest, pero Nápoles tendrá siempre un rincón en los corazones de los pocos privilegiados que lo pudieron disfrutar.

No fue fácil, y mucho menos en época pandémica. Hoteles desiertos, restaurantes cerrados que conllevaron a dos noches sin cenar o festejar un hecho histórico tumbados en la cama con la grata compañía de una cerveza, pruebas pcr cuyos resultados en italiano, pese a ser “Non rilevato” (negativo), casi cuestan un infarto… Pero, cada segundo en una ciudad que pasará a la historia del granadinismo mereció la pena. Incluso las dolorosas agujetas en pecho y mandíbula de tanto reír. También se lloró de emoción, como Rui Silva al término del encuentro.

Dos días mágicos que darían para escribir un libro. Quién sabe si verá la luz en algún momento. Por parte del tercer integrante del trío Non rilevato, un servidor, las impresiones se reducen a un “gracias de corazón”. O, “grazie mille”. A unos, por la acogida y la enseñanza constante. A otra, por la eterna paciencia, por obrar en nuestro regreso y por no perder las ganas de trabajar después de haber visto el lado más oscuro de una empresa. Y, a otros, por hacerlo posible y permitirme contar, el 25 de febrero de 2071, que “hace cincuenta años, vivimos el mayor hito del Granada en el Diego Armando Maradona”. Ojalá, para entonces, hayan transcurrido muchos más y que la gente no se vea privada de saborearlo in situ.

Nápoles, la odisea maravillosa, que algún día se plasmará en papeles con formato de libro, cumple un año. El Granada de hoy se puede decir que es el Granada de siempre. El que lucha por superar situaciones complicadas. Tan lejano parece, aunque solo 365 días atrás una ciudad entera explosionó de felicidad. Esa felicidad que, por momentos, permite olvidar los problemas cotidianos y crear sensación de flotar. Hace un año, el Granada fue molto rilevato.

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@Francalvo1996

francalvo@granadaenjuego.com

 
 
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