Una montaña rusa dirección cuesta abajo
Robert Moreno cierra su etapa en el Granada por la puerta de atrás, literalmente, y siendo cuestionado prácticamente desde el primer día
“La escalera debe ser ascendente y hará que la normalidad sea ver al Granada en Primera División y logrando éxitos. Soy ambicioso y mis expectativas son altas. Quiero formar parte de eso. Ahora empieza un proceso de crecimiento en el que la normalidad será ver al club en la máxima categoría y de forma espero que continuada en Europa”. Esas fueron palabras dichas por el propio Robert Moreno el día de su presentación por el Granada, allá por junio del año pasado. Nueve meses después, el técnico dice adiós al equipo con el que debutó en LaLiga Santander dejándolo a un punto del descenso después de nueve jornadas consecutivas sin vencer. Una destitución que se comunicó a las 0:33 horas a través de una nota informativa de 35 palabras. Rubén Torrecilla, por lo pronto, se hará cargo del banquillo en el decisivo choque frente al Elche.
La etapa post Diego Martínez, la más exitosa en la historia del Granada, se presentaba con ilusión y esperanzas de que la afición pudiese vivir, desde el campo, los hitos recientes. Esa tarea, la de recoger el legado del mejor entrenador en casi 91 años de existencia del Granada, la aceptó Robert Moreno. Valentía no le faltó, todo hay que decirlo, aunque su idea inicial era bien distinta a lo que acabaría sucediendo. La palabra Europa se mencionó desde su primer día, un factor que, posteriormente, jugaría en su contra.
Puso el listón muy alto Robert y lo pagó. Ovacionado el día del trofeo veraniego ante el Málaga y también en el primer encuentro de liga como local contra el Valencia, la afición empezó a no pasarle ni una a partir de la humillante derrota en Vallecas de la tercera jornada. En la rueda de prensa previa al siguiente compromiso, frente al Betis, el técnico señaló, refiriéndose al cuadro verdiblanco, que “tiene la desgracia de que será el primer rival nuestro después del 4-0 y eso no les va a beneficiar”. El partido dejó una corta victoria bética por 1-2 y una de las peores imágenes que el ‘Nuevo Los Cármenes’ recuerda de su equipo en el siglo XXI.
No fue suficiente para calmar los ánimos el meritorio empate en el Camp Nou, la primera y una de las pocas alegrías de la era Robert Moreno. Pocos días después, contra la Real Sociedad en casa, una nueva derrota terminó por hacer explotar los ánimos en la hinchada nazarí y, antes de que el encuentro consumiera su tiempo, se escucharon cánticos de “Robert vete ya” y también coreando el nombre de Diego Martínez. La reacción en rueda de prensa del catalán fue la siguiente: “Diego ya no está, está Robert Moreno. Se fue voluntariamente y el club me contrató a mí”. No gustó nada a la afición.
Salvó el puesto tras caer en Vigo en el último minuto y, en el derbi contra el hasta entonces invicto Sevilla, todo hacía indicar que de acumular la octava jornada sin ganar se pondría fin a su etapa en Granada. Venció el equipo por la mínima, rascó dos empates in extremis ante Osasuna y Getafe, y logró el primer triunfo a domicilio en casa del Levante por 0-3, en lo que fue la mejor actuación, seguramente, del conjunto rojiblanco esta temporada.
Pese a que el nivel de juego había mejorado notablemente y, también, su discurso en rueda de prensa, las dos derrotas seguidas frente a Espanyol y Real Madrid volvieron a sembrar las dudas, no disueltas del todo con el empate y ejercicio de resiliencia en San Mamés. Francisco ya sonaba aquella semana y, en un principio, rechazó la oferta del Elche. Con el puesto de Robert asegurado, como mínimo, hasta el siguiente partido contra el Alavés, el preparador almeriense aceptó el cargo en el banquillo franjiverde.
Diciembre fue inmaculado para el Granada en liga. Ganó sus tres partidos en casa (Alavés, Mallorca y Atlético de Madrid) y empató en Cádiz. La última victoria de 2022 y en lo que va de campaña resultó histórica, y es que no se le doblegaba al conjunto colchonero desde hacía casi medio siglo. Terminó el año más cerca de Europa que del descenso. Y, para Robert, los pitos habían dejado de cesar al término de los encuentros, aunque no antes de iniciarlos. La música al viento en ‘Los Cármenes’ continuaba sonando, aunque a tonos más bajos, cada vez que su nombre se escuchaba por la megafonía del estadio.
Sin embargo, diciembre también quedó marcado por un partido que pasará a las estadísticas más negras del Granada. La eliminación copera a manos del Mancha Real, un adversario cuatro categorías por debajo, puso en evidencia las carencias del equipo. No lo calificó como un fracaso. Pese a la buena racha en liga, caer en el torneo del KO tan pronto y de la forma que se hizo volvió a generar en la afición el deseo de su marcha. Definitivamente, Robert no había conectado con ella. Sus declaraciones (o, mejor dicho, no declaraciones) en una entrevista concedida a Radio Marca Granada, con actitud enfadada desde el primero de los cuatro minutos que duró, y en la rueda de prensa previa al choque ante el Atlético de Madrid, sacando a relucir su cara más austera, terminaron por ponerle en el ojo del huracán.
2022 arrancó con un rácano empate en Elche y un empate contra el Barcelona que igualaba la mejor racha de jornadas seguidas en la historia del club sin perder en Primera División. Punto y final. A partir de ahí, todo fue en picado. Getafe y Osasuna pasaron por encima de los rojiblancos, que mejoraron en el Bernabéu y Anoeta, pero sin fortuna de cara a portería. La racha de cinco derrotas consecutivas se certificó cayendo por 1-4 en casa frente al Villarreal. Se intentó justificar la pésima imagen dada contra el Cádiz por la expulsión de Duarte a la media hora. Y, el partido de Mestalla reflejó que este equipo, en el momento que atravesaba desde hacía dos meses, es incapaz de ganarle a cualquier rival de la máxima categoría, por las razones que sean.
La falta de confianza entre los jugadores es total y, visto lo visto, mantener a Robert Moreno una semana más casi imposibilitaba una victoria ante el Elche. El trabajo que se debe hacer a partir desde ya es psicológico y anímico. Será sin el ex seleccionador y su cuerpo técnico en el banquillo, y la llegada de Torrecilla, aunque sea de forma provisional, ha vuelto a generar ilusión en la afición.
Hay que decir de Robert que lo ha dado todo por el club, ya sea por objetivos colectivos o individuales, como el sueño de entrenar algún día al Barcelona, donde iría “de rodillas”. Que ha trabajado como el que más, y que era el primero en llegar y el último en marcharse de la Ciudad Deportiva. No estuvo acertado en su discurso inicial y supo evolucionarlo a mejor, salpicando por actitudes esporádicas como las anteriormente mencionadas. Su trato a la prensa, en las distancias cortas, fue mayoritariamente intachable… hasta antes de dejar de ser técnico del Granada.
Su última salida de la Ciudad Deportiva quedará marcada por una pataleta que, en cierto modo, puede resultar entendible. Acudió el domingo a recoger sus cosas, junto al cuerpo técnico, y se despidió de los jugadores. Pero, no de los medios de comunicación que aguardaban a la entrada de las instalaciones. En lugar de poner fin a su etapa como un señor, prefirió salir por la puerta de atrás, por llamarla de alguna forma, y no decir adiós ni desear suerte, algo recíproco, a dos trabajadores de la prensa (no había más en ese momento) con los que ha compartido nueve meses de su carrera. Sí salió por la “puerta grande” Dani Guindos, su segundo, y una persona a la que se ha criticado en exceso a lo largo de la temporada. El asturiano salió, paró su coche y se bajó del mismo para despedirse de ellos, haciendo alusión a que hay que sacar el curso adelante entre todos sea como sea.
Robert dice adiós, de forma pública, por la puerta de atrás. No está previsto ninguna rueda de prensa de despedida, algo que es decisión del técnico. Esté o no en el Granada, seguirá siendo entrenador toda su vida, como él mismo ha afirmado en varias ocasiones. Ha trabajado mucho como rojiblanco y no ha sido suficiente. Ni para alcanzar resultados, ni para ganarse el cariño de una afición que festejó a lo grande su destitución durante la madrugada del domingo y no escondió su alegría en redes sociales. Arranca una etapa de once finales y se conocerá si el problema estaba en el banquillo, en el verde o algo más arriba.
@Francalvo1996
francalvo@granadaenjuego.com
El técnico tiene a su disposición a seis jugadores para utilizar en la zona central del campo
La idea del club es ser más accesible para su masa social