Ezequiel Calvente: "La vida sin fútbol no sería la misma y lo que me pasó no fue fútbol"
El jugador del Arenas habló tras sufrir una violenta entrada que le fracturó tobillo y peroné que le tendrá de baja seis meses
“No entiendo la vida sin fútbol”. Así lo dice Ezequiel Calvente Criado, un futbolista de 30 años al que le han arrebatado, durante unos meses, eso que tanto le gusta y resulta indispensable para su día a día. Tras una carrera que le ha llevado por equipos como Betis o Recreativo y aventuras en Alemania, Portugal y Hungría, en el Arenas de Armilla le ha tocado sufrir la otra cara de este deporte. El creador de la `Ezequinha´ tendrá que cambiar el chip para habituarse a no poder entrenar ni jugar partidos por una fractura de tobillo y peroné, de la que fue operado el lunes.
El pasado domingo, en un partido de Copa de Andalucía entre el Arenas y el Rincón en tierras malagueñas, el extremo melillense criado en el barrio granadino de Casería de Montijo fue víctima de una durísima entrada por detrás, en campo propio, del jugador local Luija. No habían pasado ni cinco minutos de encuentro. Tampoco ha arrancado la liga. Y, Ezequiel ya cuenta los meses para volver a los terrenos de juego y ayudar a un conjunto que depositó toda la ilusión en él cuando anunció su fichaje en verano. Ese entusiasmo en la afición armillera se desvaneció por una jugada inexplicable que le ha puesto las manos en la cabeza a todo aquel que la ha visto repetida.
Ya con el alta médica y en su domicilio, el jugador atendió a Granada En Juego, pese a los dolores, porque, según él mismo, no quiere quedarse callado ante lo que considera una injusticia. “Noté como me crujió, pero no esperaba para nada que una acción en mi propio campo, donde no había peligro, fuera tan grave. Al enterarme, quise morirme, pero solo toca tener paciencia, aguantar los primeros dolores y estar tranquilo” recordó con la voz entrecortada.
Lo primero que quiso hacer fue agradecer a toda la gente que le ha transmitido su fuerza para superar este duro bache, destacando que “mi familia me apoya muchísimo y los ánimos recibidos ha sido algo increíble. No sé cómo agradecer tanto cariño”.
Sobre jugadas de tal violencia, advirtió que “en estas categorías nadie come del fútbol, uno juega para disfrutar. No se puede permitir algo así. Creo que hay entrenadores que dan órdenes para que ocurran este tipo de cosas”
Pese al transcurso de los días, sigue sin entender cómo pudo suceder algo así sobre el césped del ‘Francisco Romero’: “No me lo explico. Me considero una buena persona, y el que haga una acción así se ha equivocado de deporte. El fútbol está claro que es de contacto, pero con respeto hacia el compañero. Nunca me ha dicho ningún entrenador que haga una entrada por detrás y, en esta ocasión, escuchaba desde la grada y desde el banquillo que me reventaran”.
Acerca de la persona que lo lesionó, “Me llamó al día siguiente por la tarde, no sé si al ver lo que se armó en redes sociales. Creo que fue un perdón de mentira, porque en el momento de la acción ni me dio la mano. Si yo soy entrenador y un jugador mío hace eso, conmigo no juega más”.
Además, añadió que “he pensado incluso en denunciarlo, pero es inviable. Si todo sale bien, podré volver a jugar al fútbol después de una operación muy complicada, no es ninguna tontería. Lo que más me preocupa es recuperarme bien y después pensar en fútbol. Una persona que no me conoce de nada me ha quitado del medio, ojalá me equivoque, pero si en cinco minutos cazas al mismo jugador dos veces, te quieren sacar del partido. Hay que ser consciente de que hacerlo de esa forma puede acabar en esto. No me valen unas disculpas de mentira”.
“Tengo un hijo y no puedo ni moverme de la cama. Hay que tener empatía y pensar las cosas antes de hacerlas. Espero que esté arrepentido de corazón y que haya más humanidad en los clubes, porque el Rincón no ha dicho nada al respecto. Desde el primer minuto vinieron a por mí, ya me hizo otra entrada antes, y lo único que dijo el árbitro es que en el minuto cinco no puede expulsar a nadie” explicó Ezequiel.
El atacante siguió profundizando en el asunto, intentando creer, por un lado, que fue un accidente, pero no comprendiendo muchas cosas: “No quiero juzgar a nadie, pero pienso que eso fueron órdenes, aunque me quieran hacer creer que no. Yo no he querido subir nada a redes sociales porque tengo empatía hacia él, y solo espero que no vuelva ocurrir más en un campo de fútbol. Si le pasa a un chaval que tiene un futuro por delante, que compagina estudios y trabajo… No puede entenderse algo así. Tampoco creo que me quisiera romper el tobillo y el peroné, porque sería para hacérselo mirar. Pero, lo que sí sé es que desde el comienzo del partido fueron a por mí y solo tardaron cinco minutos en lesionarme. Él va con las dos piernas, solo me pidió disculpas cuando se le vinieron encima las redes sociales, y eso a mí no me vale”.
Para colmo, lo vivido en la Costa del Sol tuvo más problemática dentras. Ya que “estuve una hora y cuarto esperando a la ambulancia en Málaga, y tuve que venirme desde allí a Granada con el tobillo roto. No culpo al club, pero lo mínimo es lanzar un comunicado deseando una pronta recuperación al jugador”.
“Solo quería seguir jugando al fútbol, el Arenas se portó muy bien conmigo y me dieron la oportunidad, pero todo aquel que ha visto la entrada sabe que no puede ocurrir eso, ni en un campo de fútbol ni en ningún lado” lamentó el ex bético e internacional con las categorías inferiores de la Selección española.
Un acto que solo fue sancionado con cartulina amarilla por parte del árbitro, algo que no entra en la cabeza de Ezequiel, a lo que dijo que “recibí el golpe y yo me veía el hueso del peroné con un dolor descomunal. No sé qué vieron ellos para que solo mostrara tarjeta amarilla. Era un partido de Copa Andalucía en el que solo queríamos sacar nuestra mejor versión y disfrutar del mejor deporte del mundo. Sentí que se rieron de mí, en mi cara”.
Ahora, solo espera que “la Federación tome cartas en el asunto y sea consciente de lo que ha pasado. Creo que el jugador debe estar sancionado sí o sí, así no se puede ir por la vida. Si quiere jugar de esa forma, que practique UFC. Yo me voy a perder prácticamente toda la temporada por una entrada a destiempo que no se sanciona ni con tarjeta roja. Me cuesta creerme todo lo que ha pasado, cuando me levanté en el hospital pensé que no tenía que estar allí. Cosas así empañan la imagen del fútbol. No quiero que el jugador se hunda, pero sí que no lo vuelva a hacer”.
Por último, el futbolista quiso dedicarle unas palabras a sus compañeros, que este domingo afrontarán el duelo de vuelta ante el Rincón y deberán remontar un 3-2 adverso: “Tengo que agradecerles por su apoyo. Tienen que disfrutar de la pelota, porque ellos son muy buenos, e intentar ganar el domingo, pero jugando bien y no con venganza, que no se contagien por lo que ocurrió allí. Seré un compañero más fuera del campo, me marqué un objetivo al venir aquí y lo pienso cumplir. Aquí solo debe ganar el fútbol”.
El Arenas, incluso, ha hecho saber que Ezequiel estará presente, no fuera del campo como dice él, sino muy dentro, con el cartel publicitario del partido copado por su imagen. La imagen de un jugador vestido de corto, como debería hacerlo el domingo. La instantánea de una persona que no entiende la vida sin fútbol. Seguirá sin comprenderla así, porque muy pronto volverá a correr por una lona verde con un balón en los pies. Y, con una cicatriz que espera servirle para que no se vuelva a repetir una situación así.
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