ONCE INICIAL

Jaime Lucena | 10 de diciembre de 2014

Jaime Lucena (GRJ)

Al fin vimos algo del estilo Caparros

Lo peor de la racha de resultados nefasta que llevamos no es los poquísimos puntos que estamos obteniendo, que ya es malo, lo peor es la lamentable imagen futbolística que se ha dejado en la mayoría de los partidos. Salvo un poco en la primera parte frente al Almería, la pelea de Eibar y el partido frente al Celta de Vigo, lo demás había sido un horror. Nada que rescatar de los partidos frente al Rayo, Levante, Sevilla, Madrid

Solamente frente al Valencia el domingo pasado pudimos ver algo de lo que presuponíamos sería una constante en nuestro equipo este año. Salir concentrados, sin miedo al rival, ser un equipo áspero, difícil de batir, que no se arruga, disciplinado

No todo fueron buenas noticias, ya que el equipo volvió a dejar una imagen ofensiva paupérrima, donde las ocasiones se pueden contar con un par de dedos solamente, y donde la elaboración del juego ofensivo fue igualmente pobre, optando por el balón largo para la carrera de Córdoba o para que El Arabi la peinase en prolongación. Poco más. Pero se vio un equipo valiente, que miraba al Valencia a los ojos, sin acobardarse.

El partido en si fue una lucha, a veces áspera entre un Granada que demostró que no debe ni puede sentirse inferior a casi nadie en esta liga, y un Valencia que con mucho más presupuesto y mejores jugadores que los nuestros casi nunca mereció la victoria.

Roberto estuvo sin trabajo, la defensa estuvo firme, con buenos laterales y unos centrales fiables, con un Iturra que mejoró pésimas actuaciones anteriores, con un Rico que no está siendo determinante y que a balón parado no crea ningún peligro, un Foulquier intenso y rápido, un Piti que aunque mejoro algo sigue lejísimos de lo que de él se esperaba, con un Córdoba batallador pero poco peligroso para el marco rival, y un El Arabi que poco puede hacer ante tanto melón que recibe. Al único cambio, Success poco más se le puede pedir. El oro, el gol. No hubo más cambios. Raro.

Tenía razón el técnico cuando decía en rueda de prensa que hubiese sido demasiado injusto perder. Estoy con él, pero cuando el árbitro anuló el gol legal, y Negredo acertaba, yo no daba un duro por los nuestros, el pesimismo se apoderaba de mí, otra vez. Al final, el partido era de empate y el resultado de empate fue justo. El Valencia no mereció ganar, y nosotros por lo menos el empate merecimos. Me decepcionó mucho el Valencia, equipo formado a base de talonario y de muy buenos jugadores que nunca superaron la presión de los nuestros. Fueron dos equipos muy parejos en un perfil bajo.

Mención aparte merece el arbitraje. Estamos donde estamos por deméritos propios, de técnico y de jugadores, pero no estamos teniendo suerte con los arbitrajes. En Elche nos quitan un gol porque dice el árbitro que el balón sale al lanzar el corner, en Eibar no dan por válido el gol de Mainz por falta previa inexistente, en Málaga nos pitan un penalti de risa, el domingo anulan un gol legal a El Arabi. Insisto, estamos abajo porque estamos jugando fatal, pero los arbitrajes no están ayudando. Es una realidad, no una excusa.

Como he dicho ya, el equipo peleo mucho y bien, ayudado por una fabulosa afición que olvidando tanto horror futbolístico sufrido se volcó con los suyos. Fabulosos. El ganar al Córdoba, aunque no fuese en un gran partido, ayudo y mucho. De haber perdido

¿Y ahora qué?. Pues ahora deberíamos reafirmar lo positivo que vimos frente al Valencia, como la actitud, la pelea, el orden y la solidaridad, y seguir trabajando conceptos en los cuales seguimos deficientes, como el juego ofensivo, el juego de asociación y el acertar con el marco contrario. El técnico es el primero que sabe que el equipo tiene que ganar ya, y que el partido frente al Valencia no fue ni mucho menos un gran partido, simplemente fue mejor que los horrores a los cuales últimamente nos tenía acostumbrado el equipo. Pero seguimos mal, no nos engañemos.

Hay que ir a Sarriá a ganar, porque lo necesitamos, porque es un equipo de nuestro nivel, y porque se puede ganar, claro que sí. Uno piensa lo que pudieran ser los nuestros con Piti, Rochina y Márquez a buen nivel y se le dibuja una sonrisa. Claro está, si Caparros les pusiera juntos o confiara de verdad en ellos, que dudas tengo, y muchas.

jlucena@granadaenjuego.com

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