Bloqueo y continuación
Pequeños detalles
Se podría decir que el Coviran perdió el pasado domingo por pequeños detalles. Tras su fantástica victoria en Girona, los de Pablo Pin plantaron cara a La Laguna Tenerife en un partido que fue competido y disputado hasta el último cuarto, donde los tinerfeños apretaron el acelerador y se marcharon definitivamente, aunque las sensaciones generales fueron de igualdad.
Uno de estos pequeños detalles que marcó el choque fue el acierto y, por qué no decirlo, suerte, que tuvo el conjunto insular en algunos tiros bien defendidos cuando su posesión se agotaba. Fitipaldo y Scrubb tuvieron la fortuna de cara en acciones que, a pesar del buen trabajo de la defensa nazarí, no se vieron recompensadas. Otro de los pequeños detalles fue la superioridad interior que demostró durante todo el encuentro Tenerife, que veía un faro en la figura de un Fran Guerra colosal. Sus compañeros le nutrían de balones y él solo tenía que acercar la pelota a la cesta, sin apenas esfuerzo. Uno de los debes en la confección de plantilla de esta temporada son los centímetros, y el domingo se evidenció.
Otro de los detalles a tener en cuenta, aunque suene a tópico, fue el criterio arbitral, que en muchas fases del encuentro no castigó la “intensidad” de ambos equipos con el mismo rasero. De esta forma, fueron muy rigurosos con acciones locales, mientras los tinerfeños tuvieron manga ancha para ser agresivos en los contactos. No hay que caer en lamentaciones vacuas, pero viene siendo habitual que los colegiados no respeten lo suficiente a un equipo que lleva ya 3 años en ACB, y por lo tanto no es ningún novato para pagar el pato.
Por último, señalar como punto más positivo la gran actuación de Gian Clavell, disperso y errático en las primeras jornadas, pero que en la tarde dominical se reencontró con su mejor versión, tanto en ataque como en defensa. Activo con las manos para robar y certero en el tiro exterior, el caribeño fue el líder en pista que necesitaba el equipo y sería una estupenda noticia que fuese un punto de inflexión desde el que comenzar a aportar de manera más consistente y regular. Ese sería un gran detalle.