CONTRACRÓNICA, por Javier Feixas
Algo ha cambiado
Algo ha cambiado en el Granada CF. La puesta de largo del equipo ante el público de Los Cármenes sirvió, aparte de para comprobar que el equipo va cogiendo el tono de cara al estreno liguero, para reafirmarse en que el ambiente de euforia nacido en aquella mágica tarde de Alcorcón aún tiene continuidad.
Cuando antaño costaba horrores juntar a más de dos mil personas para ver el partido de presentación del equipo, en esta ocasión cientos de aficionados esperaban pacientemente su turno en las kilométricas colas junto a las (pocas) puertas de acceso. Al final el estadio presentaba una más que decente afluencia, con una cifra cercana a los diez mil espectadores. También por primera vez, un circuito cerrado de videovigilancia controlaba al milímetro cada gesto de cada aficionado. Los banquillos ahora están junto a la grada, y el remozado túnel de vestuarios ahora luce al más puro estilo Champions.
Hasta el mismísimo Óscar Pérez, después de su particular año sabático, parece otro. ‘A este nos lo han cambiado, no es el mismo’, se escuchaba en la grada. El asturiano sorprendió al público por su calidad, su presencia, pero sobre todo, por su entrega. Óscar estaba en todas partes. Jugó, hizo jugar, recuperó, y cuando fue necesario, hizo unas cuantas de esas faltas inteligentes que cortan un contraataque que parecía cantado. Bravo por Óscar, que parece haberse ganado un puesto en el equipo titular de cara al partido del Ruíz de Lopera. Sólo un bravísimo Abel Gómez le arrebató el trofeo al jugador más valioso de la trigésimo cuarta edición del Trofeo de Los Cármenes.
Testigo, en el palco de autoridades, se encontraba el artífice de todo, el italiano Gino Pozzo (leáse en granaíno, ‘Yino Pozo’). El translpino, con tanta ida y venida, se está ganando a pulso que en el aeropuerto se piensen seriamente el fletar un nuevo vuelo directo Udine-Granada. La inversión, de momento, le ha salido bien, y ha revalorizado a alguna de sus jóvenes promesas, como por ejemplo Nyom, que ya cuenta con un buen cartel en España y varios primeras estarán atentos a sus progresos. Después del partido, y con la victoria frente a los vecinos de la Costa del Sol en el bolsillo, en un bonito acto presentado por el famoso locutor Javi Pérez Sala, los jugadores fueron apareciendo uno por uno bajo la ovación del público. Si algo quedó claro es que la afición adora a los héroes del ascenso, pero el ídolo…ese tiene nombre, y se llama Manolo Lucena. Atronador aplauso del estadio, que puesto en pie, agradeció al capitán todo lo que ha hecho por este club. Me faltó Javi García, otro que se lo ha ganado a pulso y que a buen seguro estará disfrutando ahora desde su nuevo puesto en el banquillo.
Para terminar la velada, discursos de capitán, entrenador y presidente. Este último, bajo los fuegos artificiales que ponían fin al acto, no se cortó en prometer que no se marchará hasta dejar a este Granada en primera. Algo ha cambiado en el Granada CF… que así sea.
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