OPINIÓN: Emocionarse y llorar en la Rosaleda, por Manuel Ángel Linares
Por una serie de circunstancias me fue imposible acudir a presenciar el interesante choque entre el Granada y el Alcorcón del pasado domingo en ‘Los Cármenes’. A pesar de que pude verlo tranquilamente por la televisión, acudí al campo de Martiricos con mi transistor en los oídos. Tardaba mucho el Granada en marcar. Pronto lo hizo y respiré tranquilo, pero mi interior me decía que había que marcar otro para poder llevar una renta tranquila a Alcorcón.
De pronto Gerardo Girón, veterano locutor de mi época, anunciaba el tranquilizador gol. Un escalofrío entró por mi cuerpo mientras a mi alrededor entraba gente y más gente para presenciar el choque frente al Real Madrid ,mientras que miraba mi camiseta rojiblaca como si verdaderamente estuviese en Granada, y unas lágrimas empezaron a salir de mis ojos, pues con este resultado veía más cerca el ascenso y de esta manera quedarían atrás una serie de años en lo que hemos llamado infierno y del que tanto trabajo nos está costando salir.
Bajo esas lágrimas un sin fin de recuerdos, incluidas las temporadas en Tercera División, que por cierto fui el primero en sacarme el carnet de socio, una serie de recuerdos raros como el del partido de Murcia y sobre todo muchos partidos de la liguillas que estuvieron gafados, unas veces porque no se ganaron, y otras porque tuvimos la mala suerte de que en la misma víspera del partido los jugadores fuesen a la huelga y se encerrasen y durmiesen en las mismas estancias del campo.
Todo aquello pasó ya. Los tiempos han cambiado y unos señores que entienden de fútbol se embarcan en una aventura sin saber como les va a salir la cosa. Han luchado y sobre todo se han ganado a la afición y ahora sólo falta el último peldaño del que yo les he escrito durante toda la temporada y no es otra cosa que la llegada a la cima de la escalera para que, una vez alcanzado el objetivo, empezar a culminarlo todo con esa S.A.D. que han estado trabajando toda la temporada.
La verdad es que es difícil en Granada tener contentos a unos y a otros, pero estamos seguros de que el próximo proyecto irá encaminado a preparar a un equipo para poder alcanzar sin prisas la Primera División. El día del Murcia hubo lágrimas de rabia y de indignación. Estoy seguro que las de la tarde noche del éste próximo domingo, serán lágrimas de alegría al comprobar que hemos alcanzado la meta y nuestra ciudad por fin ya cuenta con equipo en la categoría superior.
Esperemos que todo esto siga el curso de la lógica y sepamos todos unirnos a los festejos que se programen. Dando un ejemplo de civismo y de convivencia entre todos los participantes.
El futbolista orgiveño seguirá siendo el capitán de los malacitanos a pesar de la lesión que sufrió
