OPINIÓN: No es eso, por Alberto Bueno
“Amistoso”: adj. Perteneciente o relativo a la amistad // 2. Dicho de un encuentro deportivo: que no es de competición. El choque (y no es fortuita la utilización de este sustantivo) del jueves entre Granada 74 y Granada CF en el municipal de Armilla se saltó a la torera la definición que de amistoso da la RAE.
Los jugadores, como hipnotizados, estaban más preocupados en zancadillear al rival que en llevar el balón a la meta rival. Dos tanganas en las que participó hasta el apuntaor; dos feas entradas seguidas de dos agresiones no menos contundentes. Y así las cosas, poco juego, escaso, sin brillantez. No era un partido más, como decían algunos. Quedó de manifiesto que el amor propio y el orgullo también estaban en liza, que el trofeo era casi lo de menos. El caso es que después, al finalizar el partido, todos tan amigos (o eso parecía); que la bravuconería no era más que mera pantomima de cara a la galería. No lo sé. El fútbol, sea de una forma u otra, no es eso.
Y la afición, rojiblanca en su inmensa mayoría, demostró que es capaz de lo mejor y de lo peor. Queda el consuelo de que ese sector, el cual se encarga de que la balanza permanezca equilibrada mostrando la peor cara del fútbol, es una minoría que en absoluto representa a los ya más de 5000 socios que el club rojiblanco tiene para esta temporada. Soy sincero: como socio y seguidor del Granada Club de Fútbol, sentí vergüenza ajena al ver a esos ¿aficionados? vueltos hacia el palco insultando y amenazando a Carlos Marsá; bochorno cuando dos ¿aficionados? del Granada se pusieron a escupirle a menos de un metro de distancia al “rojillo” Torres. Dantesco, por tratarse de deporte y de un amistoso, me pareció ver a la policía protegiendo el palco de autoridades y que para el encuentro entre los dos equipos capitalinos llegasen más patrullas de la Guardia Civil a fin de reforzar la seguridad.
Creo que no hierro al pensar que no irá diferente durante la temporada, ya sea en “Los Cármenes” o en el “José Ávilas Rojas”. Si el partido del jueves fue prefacio de lo que vamos a vivir en la Liga, apaga y vámonos. Escenas como las vistas las que creía exclusivas de los Betis-Sevilla o Madrid-Barsa, para humillación de esos equipos.
Será que no entiendo el deporte con esa radicalidad y odio visceral con el que algunos lo viven. Será que a mí me gusta más desgañitarme animando a mi equipo que insultando o amenazando al presidente o a los jugadores del equipo contrario. Será que algunos quieren disfrutar con el morbo de un partido declarado de “alto riesgo”, con antidisturbios y toda la parafernalia (por aquello del más vale prevenir que curar). Pues el fútbol no es eso. No es eso.
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