OPINIÓN: Una injusticia, por Javier Feixas

Javier Feixas (GRJ)
Javier Feixas (GRJ)

Óscar Cano ya no es entrenador del Granada CF. Un mísero gol en el descuento del partido frente al Écija tiene la culpa. O al menos, es la impresión que queda, puesto que el mismo presidente del equipo ratificaba al técnico dos días antes de cortarle la cabeza. Desde fuera, la decisión parece poco meditada y fruto de un calentón, y la forma de comunicársela al técnico y anunciarla a los medios, dista mucho de las maneras que debería exhibir un club que dícese señor.

Es evidente que los resultados, tras ocho jornadas donde solamente se han conseguido nueve puntos, no son los esperados. La temporada pasada, a estas alturas, el equipo ya había comenzado a levantar el vuelo y sumaba cuatro puntos más, trece en total. Por aquel entonces, en vez de cargarse al técnico, optaron por ampliarle su confianza, decisión que personalmente vi correcta, y que seguiría viéndola hoy como tal,siempre y cuando no le hubieran retirado su apoyo esta temporada a las primeras de cambio. Aquella renovación llegó de manera tan inesperada como este cese. Y una cosa unida a la otra, le va a costar al Granada un bueno puñado de euros.

Al final paga el de siempre, el entrenador. Se ha optado por el camino fácil. Sin embargo, es hora de realizar un análisis en profundidad y sacar conclusiones. Óscar no era el que sobraba en el Granada. Los jugadores, en su amplia mayoría, estaban a muerte con él. Pero entre la propia plantilla, ya se empezaban a escuchar voces discrepantes con respecto a la directiva y su actitud en diversos frentes, y no sólo en materia de pagos. Y hablando de pagos, explíquenme ustedes qué historia se van a inventar ahora cuando se pague el finiquito de Óscar (y a sus ayudantes, porque me imagino que no se irán ‘de gratis’) y la plantilla siga sin ver un duro más allá de la mensualidad de agosto.

 

Las decisiones de la mal llamada ‘comisión deportiva’, donde el poder está peor repartido que en Cuba, ha costada al Granada muchos miles de euros. Tantos, que ya suman algún que otro millón. Es mejor no mirar atrás para no llorar de pena. Santi Antonaya, posiblemente el que más conocimientos tenga en la citada comisión, es el hombre de menos peso y en ocasiones hasta se entera de las noticias por la prensa. Mientras, un ex jugador del todopoderoso Guadalajara (sin faltar), amigo personal del presidente (con un master, eso sí), sigue malgastando muchos puñados de euros. Demasiados. Y oigan, si los siguiese pagando papá Lorenzo, me callaba. Pero no. Los paga el Granada. Del bolsillo de sus socios y aficionados. Y no me callo.

Lo dicho, el camino fácil era sentarse en la mesa de la sala de prensa, y contarnos que con mucho dolor y mucha pena, pero que se ‘cargan’ a Óscar. El difícil, y posiblemente el correcto, hubiera sido asumir errores. Se podría haber sentado en la mesa, y explicar porqué el equipo tuvo que hacer toda la pretemporada sin delanteros, a excepción del jovencísimo Migue Montes. Podría contarnos porqué trajeron a un segundo punta con la liga ya comenzada, y además falto de ritmo. Podrían explicarnos tantas cosas… pero el que está en la maldita calle es Óscar, mientras que el principal culpable de la situación sigue aferrándose a su cargo. Es la maldita injusticia del fútbol. Los que mandan tienen la sartén por el mango. Pero, si le quedase un poquito de coherencia, cosa que dudo mucho tras escuchar la rueda de prensa donde asegura que no tiene pensado dejar su cargo, haría las maletas. Ya.

La gestión del director deportivo sigue siendo un desatino continuo. Por cada acierto (que también los hay, faltaría más), se cuentan demasiados errores. El dinero que “ahorra al club”, según sus palabras, acaba volviéndose contra el propio Granada. El dinero mezquino anda dos veces el camino. El equipo rojiblanco necesita un cambio de rumbo, pero el banquillo no era el sitio donde se debió haber dado el puñetazo encima de la mesa. Hace mucho tiempo que se demanda desde un gran sector de la afición un director deportivo con conocimientos acordes a la historia y a la grandeza del club. Basta de amiguismos. ¿O es que alguien se traga que el director deportivo está ahí por sus conocimientos y no por su amistad con el presidente?

Señor director deportivo, si le queda algo de coherencia y algo de solidaridad para con el que dice que es su proyecto, márchese. Márchese ya. Y gracias por los servicios prestados, y por el dinero ‘ahorrado’ al club. Al mismo club que usted olvidará cuando se marche, y yo seguiré amando, si Dios me lo permite, hasta que tenga cien años.

Yo, 'oscarcanista' confeso prácticamente desde el primer día que vi trabajar a Óscar cuando entrenaba al CD Imperio, sólo me queda desearle que supere fugazmente este mal trago, con la confianza de que pronto su trabajo dará frutos y triunfará. Y como a tantos otros, lo echaremos de menos aquí en Granada. Te deseo mucha suerte, Óscar.

javierfeixas@gmail.com

 
 
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