QUE BONITO ES...
Santiago Bernabéu
El sábado estuve en el Santiago Bernabéu. Diría que para acompañar a la afición, pero estaría mintiendo. Fui parte de esa ola de ilusión rojiblanca que no calló ni un minuto de los noventa y tres que se jugaron en el coliseo del Real Madrid.
Sí, el Granada perdió por cuatro a dos y fue superado claramente por primera vez esta temporada. El inicio fue fatídico: gol en el primer minuto y lesión de Montoro. Pero al final el resultado fue lo de menos.
Los aledaños del Santiago Bernabéu vivieron cómo llegaban, autobús tras autobús, hordas de granadinistas que tiñieron de fe la capital española. No sé si la quimera a la que aspiraban sus jugadores –el liderato en solitario- llegó a confundir la esperanza en delirios de grandeza. Pero qué más da. Hay que dejar a la gente disfrutar. Y más en los tiempos que corren.
El resultado tras una hora de partido marcaba un apabullante cero a tres. Era un buen momento para observar las caras de los aficionados que ocupaban su asiento en el estadio. El nazarí, aún después de recibir severo correctivo en contra, miraba con orgullo a sus jugadores, dejándose la garganta en un partido que sabían histórico. El fan merengue, antagónico, miraba hacia atrás, al ‘gallinero’ del cuarto anfiteatro, pasmado, pensando: “¿por qué estos locos no dejan de cantar con un 3-0 en contra?”. La respuesta era fácil: el granadinista ya había ganado. Su equipo estaba peleando la primera plaza de La Liga a uno de los todopoderosos. Y, al final, contra todo pronóstico, fue de tú a tú.
Hasta el césped llegó el aliento de una afición que ayudó a que el Granada CF se metiese en el encuentro con dos goles que avivaron los miedos del madridista, acostumbrado a no ser lo suficientemente contundente en casa en tiempos recientes. James puso el 4-2 que acabó por apaciguar los ánimos de todo el estadio. Bueno, de casi todos.
@leyvfab
PREVIA | El conjunto hueteño visitará al combinado almeriense este sábado a partir de las 18 horas
